1. Desafío de galaxias (capitulo 45)


    Fecha: 19/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    Como temía Marisol, se abrieron grandes vórtices y por ellos llegaron las naves de la mayor flota enemiga que se había visto desde el comienzo de la guerra. Más de tres mil fragatas, se fueron amontonando a dos millones de kilómetros de distancia, fuera de los extensos campos de minas que rodeaban Kalinao. A las naves de ataque, había que añadir unas seiscientas naves federales incautadas que fueron las encargadas de abrir un enorme corredor entre los campos de minas, eso si, a costa de la destrucción de muchas de ellas. De las naves de transporte no había noticias. Mientras se afanaban en la limpieza de minas, los trabajos de evacuación de Kalinao iban a buen ritmo, dirigido con mano férrea por el general Cimuxtel. Cientos de naves de todos los tipos, entraban y salían constantemente utilizando los corredores de seguridad que estaban protegidos por fragatas federales. Desde el Cuartel General en Mandoria, Marisol asistía impertérrita a los acontecimientos, mientras daba ordenes constantemente.
    
    —Toma, lee esto, —dijo Marión entregándola una tableta.
    
    —¿Qué mierda es esta? —preguntó después de echar un vistazo.
    
    —No es ninguna mierda, Opx y Loewen ponen sus cargos a disposición del presidente y, Anahis y yo, hemos añadido nuestros nombres al escrito. Esto es una copia, no puedes hacer nada, —Marisol miró al presidente que sentado en una mesa con su secretaria leía informes. Se aproximó a la mesa.
    
    —¿Ha leído esta mierda…?
    
    —Si, lo he leído y no te exaltes. Ya les ...
    ... he contestado: es una cuestión militar y te corresponde a ti aceptarlas.
    
    —Pues ahora dígaselo también a su ahijada y a la tonta está.
    
    —Señor presidente…
    
    —Silencio general Marión, silencio. Este es un tema que ya está zanjado… definitivamente, y no quiero volver a oír hablar del asunto. ¿He hablado claro?
    
    —Muy claro señor presidente.
    
    —Mi señora, hay novedades, —dijo Hirell en tono bajo tocándola el brazo.
    
    —Gracias Hirell ya voy… y por favor, coge a tu monja y propínala un par de azotes a ver si deja de hacer el tonto. Bueno, azotes no, que igual la gusta, —Hirell sonrío y los dos se aproximaron a los terminales.
    
    —Ya han aparecido los transportes mi señora: 426 de clase estándar, más otras 198 naves federales, todos cargueros comerciales, de diversos tipos eso si.
    
    —¿Ha cuanto están de terminar de limpiar el pasillo?
    
    —Al ritmo actual, unas cinco horas. En un par de horas, las fragatas enemigas que acompañan a la vanguardia, podrán abrir fuego contra la superficie del planeta.
    
    —Esas naves federales, ¿están al alcance de nuestras armas?
    
    —Si, si, ya lo están.
    
    —¡Marión, cariño! Deja de tocarte la raja y despliega un escuadrón de corbetas y otro de patrulleras de batalla frente a ellos y que abran fuego. Las naves federales también son objetivos, mejor dicho, son el principal objetivo.
    
    —A la orden. Y no me estoy tocando la raja, —dijo por lo bajo mientras Marisol sonreía maliciosa.
    
    —En esos transportes hay mucha infantería, —comentó Anahis— ...
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