1. EL OSO NEGRO


    Fecha: 20/05/2018, Categorías: Hetero Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    EL OSO NEGRO Empezaremos unos veinte o veinticinco años atrás, mis padres me enviaban a una escuela pública de mediana reputación, éramos unos cuarenta alumnos, mitad varones, mitad mujeres. En especial recuerdo a Graciela, o Grace como todos la llamábamos, ella era una niña de cabellos platinados, venía peinada con la raya al medio y el pelo tirante con dos colitas levantadas que naturalmente se enrulaban en grandes bucles, su piel era blanca como la leche y tenía unos enormes ojos azules, siempre asistía impecablemente vestida con su uniforme blanco y sus zapatos charolados que uno podía usar de espejo, tenía un amor platónico con ella, una amor inocente de niñez, y fue mi primer y gran amor, aunque ella nunca lo supo. Pero Graciela era una niña cruel y tenía una saña particular conmigo, ella me odiaba por la sola razón de mi piel, por ser negro. Me despreciaba, me maltrataba y siempre me hacía centro de sus burlas, tenía un carácter dominante al punto de influir sobre los demás chicos, y sus burlas personales hacia mí se transformaban en las burlas del grupo. Nunca había entendido porque tanta crueldad, tanto odio, si yo hubiera hecho cualquier cosa por ella, recuerdo que jamás me llamó por mi nombre, ella solo me decía ‘negro’ en forma despectiva, a pesar de que varias veces fue reprendida por este tema, comprendí que Grace nunca cambiaría. Al terminar mis estudios primarios y con la inocencia de mi niñez, Grace dejaría un sabor agridulce en mi boca, ninguna chica había ...
    ... despertado en mí tantas sensaciones como ella, pero tampoco nadie me había bastardeado como ella ni me había hecho sentir el dolor del racismo a flor de piel. El tiempo pasó, en mi adolescencia y en mi despertar sexual descubrí que tenía algo enorme entre las piernas, que estaba muy bien dotado, cosa que me sería de suma importancia en poco tiempo. En mis estudios secundarios soñaba con ser médico, por lo cual al concluirlos ingresé a la facultad de medicina, pero la vida se me hacía muy cuesta arriba, necesitaba dinero para mantenerme y la carrera que había elegido era muy costosa, mis padres ya no podían sostenerme y tampoco conseguía un trabajo decente, por lo que la pasaba haciendo changas por pocos pesos. Una noche cambiaría mi vida, salimos con algunos amigos y a la madrugada terminamos en un cabaret para pasar el rato, nos divertirnos y tomamos unas copas. El destino nos llevó a tener sexo con una prostituta, una vieja cincuentona maltratada por la vida que por pocas monedas nos pasó uno a uno y ella reparó en el descomunal tamaño de mi pija, antes de que terminara mi tiempo tomó un papel, una birome y me pidió un número de teléfono para contactarme. En ese momento no le di importancia, pero poco después me llamó un tipo ofreciéndome un trabajo de stripper en un bar nocturno para damas, y después de algunas reuniones, discusiones, evaluaciones debuté una noche de crudo invierno. No fue fácil para mí desnudarme delante de tantas mujeres, pero necesitaba el dinero y poco ...
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