1. Por culpa del infarto de mi esposo


    Fecha: 21/05/2018, Categorías: Incesto Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... me senté feliz que mi plan parecía que iba a dar buenos resultados, el llamo al mozo y pidió una cerveza para él y una margarita con tequila para mí, yo feliz como una lombriz me la tome rápido para entonarme, el tomo su cerveza, y pidió una segunda vuelta, con la segunda margarita lo miraba en su ropa de baño y me excitaba, conversábamos muy bien, yo le decía que estaríamos más cómodos en el cuarto, él me decía —ya ya, más tardecito, tomate tu trago que hoy no te salvas —con esas palabras yo cantaba victoria, es más le tocaba la pierna, para incitarlo, el parecía calentarse pues comenzó a decir que todas esas tetas y culito iban a ser suyos, pidió una tercera vuelta de tragos, yo la verdad estaba un poco mareada… pero sobre todo súper excitada, es más como que sentía cosquilleos en todo el cuerpo.
    
    Entonces, de repente se puso muy serio, me dice —Sandrita tengo una presión en el pecho, voy a llamar a mi cardiólogo, y mejor me voy a descansar al cuarto, no te preocupes, tu sigue aprovechando la piscina —se levantó y se fue sin más ni más, yo me quede petrificada, con mi trago en la mano, todo me daba vueltas, no sé si por la impresión o por el licor, estaba así cuando sentí una mano en mi hombro —estas bien Sandrita te puedo ayudar —al voltear lo vi, era Luis el mexicano que había estado conversando con mi esposo —no te preocupes Luis, mi esposo le cayó mal la comida y se fue a descansar al cuarto —me sonrió y recién lo vi bien era alto, no gordo pero si grueso, debía ...
    ... tener como la edad de mi esposo, me dice —si no te molesta, te puedo acompañar, pues con lo linda que estas, cualquier lobo te puede raptar —me reí y él se sentó a mi lado donde había estado mi esposo —caramba, estas tomando un trago mexicano, pero tu trago debe estar caliente —sin más llamo al mozo por dos margaritas.
    
    Yo la estaba pasando muy bien, pues era gracioso, y la verdad es que medaba cuenta que se le iban los ojos para mirarme las tetas que sobresalían de mi bikini, la verdad que con 4 margaritas todo me daba risa, además también lo observaba disimuladamente, el llevaba una ropa de baño de esas pegaditas, esas que dejaban ver su paquete, y la verdad es que era grande, el comenzó a piropearme —ay Sandrita estas rechula, tu esposo no debería dejarte así con el cuerpito que tienes, eres una tentación para todos los hombres que están aquí, ah y yo me incluyo, con todo respeto —y nos reímos, en eso me dice —Sandrita tienes la cara y los hombros rojos, te habrás puesto bloqueador solar, supongo —yo ya me había echado en el cuarto del hotel, pero sin saber por qué de mi boca salió con voz bajita —no todavía no —él ni corto ni perezoso tomo un tubo que estaba en la mesita, y sin preguntarme comenzó a frotarme con la crema, primero suavemente el cuello, yo levante mi largo cabello para darle facilidad, lentamente sus ásperas manos fueron bajando a los hombros, todo mi cuerpo comenzó a estremecerse y nuevamente de mi boca salieron una palabras —no pares, sigue sigue —todo mi ...