1. Que día


    Fecha: 22/05/2018, Categorías: Incesto Autor: maryftravcloset, Fuente: CuentoRelatos

    Aquel día comenzó normal, de hecho creí que sería un día aburrido como los corrientes, saldría de casa, iría al negocio a ver cómo iban las cosas, recogería algo de dinero y luego a ver que me inventaba para hacer. De pronto, sonó el teléfono de mi apartamento, ya iba de salida, así que pensé en no contestar y salir, pero algo me detuvo y bueno, respondí. Que sorpresa, era Miguel Ángel, un chico al que conocía desde hace un tiempo, y quien siempre tenía alguna sorpresa agradable, y a veces perversa. Me dijo que si quería pasar una tarde genial, que estaría en casa con un par de amigos y que tomaría un par de tragos, que si me parecía, me dejara llegar por allí. Bueno, cambie mis planes, no saldría en la moto, era necesario llevar la van, siempre cuando voy adonde Miguel Ángel llevo la van, me parqueo en el traspatio, y allí me preparo para entrar como a él le gusta. Fui a mi habitación y recogí mi bolso de maquillaje, saqué lencería de seda y un vestido rojo, ceñido de minifalda sin espalda y escote largo y mis tacones más altos. Fui al negocio, recogí dinero y fui a comprar vodka y cigarrillos. Estaba en el súper comprando las cosas y me puse a pensar en Miguel Ángel, en su rostro casi infantil pero de mirada perversa y penetrante, de no ser por la sombra de barba y su cabello cortado al estilo militar, pasaría por una chica fácilmente, recordé su cuerpo atlético trabajado en el gimnasio, sus nalgas grandes y fuertes, sus piernas como columnas, más alto que yo, mucho, tanto ...
    ... que aún con mis tacones más altos apenas quedo a la altura de su cuello, y yo mido 1.70 metros. Me puse a pensar en su verga grande y gruesa, y que parece muerta porque dura horas sin correrse, de no ser por lo caliente pensarías que es un dildo enorme.
    
    De pronto vi a un par de chicas que me miraban y se sonreían mientras se secreteaban y me veían, tenía una erección enorme y allí en medio supermercado era muy obvio. Recogí mi compra y salí pronto de allí. Tuve que masturbarme en la parte de atrás de la van para bajar la excitación que tenía pensando en lo que me comería en un rato. Miguel Ángel tiene una cabaña a dos horas y media de la ciudad, pero saliendo por el extremo opuesto adonde yo me muevo, así que además del viaje desde la ciudad, debía atravesarla toda, así que tome un enorme almuerzo a eso de las 10 a.m. no comería más hasta la tarde noche, además iba a beber, así que debía estar lista. Conduje a través de la ciudad y luego por la carretera hasta un pueblo unos kilómetros antes de mi destino, allí en un pequeño hotel de paso pedí una habitación con el fin de “hacerme un aseo general antes de continuar mí viaje”, así que, después de una ducha “TOTAL” (nada de accidentes desagradables, ustedes entienden), llegué a mi destino, en el patio junto al carro de Miguel había otros dos carros, bueno, él me dijo que irían un par de amigos, y no me dijo nada de cambiar mi rutina de entrada, así que parquee y me aliste en la parte trasera de la van. Una última mirada y, ...
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