Que día
Fecha: 22/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: maryftravcloset, Fuente: CuentoRelatos
... Felipe iba y venía de boca en boca. Me corrí, me corrí como nunca, estallaba una y otra vez en el culo de Miguel, lo sentí correrse dentro de diana y un poco de semen de Felipe alcanzo a llegar hasta mis labios. Entonces Felipe me agarro por la cintura y me despego de Miguel, tenía mucha fuerza, me levantó y me sentó sobre sus hombros de modo que mi verga que do en su boca y comenzó a darme una mamada, que locura, acababa de correrme y él me estaba dando una mamada enorme, me chupaba la verga de una manera genial.
Entonces me bajo y se sentó en el sofá, se acomodó con el culo contra el culo de Miguel de manera que sus vergas juntas parecían un obelisco. No fue necesario que dijeran nada, Diana se hizo cargo de la lubricación, sabía, por el tamaño de aquel par de enormes toletes, que la saliva no sería suficiente, sacó de su bolso un tubo de gel lubricante y los cubrió con él, luego se dedicó a mí, tomo abundante gel en su mano y me lo puso en el culo, comenzó a meter gel de a poquitos con sus dedos, ya sabía yo que su mano completa me cabía, pero también sabía que su mano era delgadita, me mamaba la verga ocasionalmente para mantenerme caliente, sentí por fin su mano adentro, hacía giros, se deslizaba ...
... adentro y afuera, se detuvo y fue deslizando uno a uno los dedos de la otra mano, lo hizo lentamente, con suavidad, casi que con amor, por fin sentí entrar su otra mano, tenía sus dos manos adentro, era delicioso y me sentí capaz de meterme lo que fuera, entonces entrelazo sus manos y sentí una porra enorme, así, con las manos entrelazadas, entraba y salía lentamente.
Después de un par de minutos, saco sus manos, así entrelazadas de un solo tirón, y me condujo al sofá y me acomodo encima de las dos torres, me senté despacito, al principio me costó trabajo, me entraba una y la otra no, a pesar del ejercicio que hizo Diana, juntas eran enormes, pero no los iba a decepcionar, no le iba a fallar a Miguel, Diana me ayudó, los agarró ambos con sus manitas y los tuvo juntos con todas sus fuerzas, y aquí van, fueron entrando juntos milímetro a milímetro, hasta que ya no hubo adonde meterlos, entonces Diana vino y se me monto a caballo. Con ese per de vergas adentro, y ese coño hirviendo contra mi verga, no tarde mucho en correrme, y conmigo Diana, y unos momentos después Miguel y Felipe, juntos, me inundaron de semen y me sentí morir. Hoy Miguel me ha llamado, apenas pasaron un par de días, me espera en su casa…