Entre Tumbes y la selva
Fecha: 23/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Hola, Me llamo Miguel, tengo 20 años, nací en Lima, Perú y soy el chico de la ciudad gris. Siento la necesidad, pues, de contarles acerca de un viaje (con mucho mucho sexo). Estoy en este momento con una luz tenue amarilla, echado en mi cama pensando en cómo es que en un solo viaje un puede pasar por tantas nuevas experiencias que a uno le cambian la vida y vivir sin contarlas. Yo nací en Lima, una hermosa ciudad con un cielo típicamente gris, una temperatura estable la mayoría del año, pero sobe todo con una cantidad inimaginable de gente que recién empieza a conocerse. Crecí entre muchos contrastes (como muchos), soy bastante creativo, introvertido, bastante sensible a decir verdad y no hace falta mencionar que me gustan chicos, pero antes esto último no estaba muy claro y es en este punto donde la historia empieza a fluir. Todo comienza con un chico de 14 años que recibe un mensaje por facebook: "ola primo me eztoi iendo donde mi tío Jhomer". Sin animo de destacar la artística forma de escribir, el mensaje me decía que mi primo, Jipson, estaba viajando a Piura desde Tumbes a ver a nuestro tío Jhomer y que además me invitaba a ir de viaje con ellos a San Martín (región selva) por un par de meses. Así pues tras armar maletas, estaba saliendo al día siguiente a Piura, a un lugar llamado Piscán dentro del distrito de Morropón para posteriormente salir todos a San Martín. Viajé solo. Yo con un par de mochilas. Ya en el poblado y en la casa lo conocí. Era alto, blanco, cabello ...
... castaño corto crespo, tenía un par de perforaciones y una pinta de pendejo que se le notaba a kilómetros; yo solo era yo. El lugar era hermoso, el pueblo donde nació mi mamá y la casa esconde entre la quincha tantas historias, todo el lugar está plagado de recuerdos. El primer día Jipson me dejó en claro que sería un viaje diferente al resto: Había traído una radio, así que le subió el volumen a la música electrónica en medio del poblado y se puso a pintarse la piel con plumones. Ayudamos a hacer algunas cosas, compramos unas películas y en la noche nos quedamos viéndolas (a mi tío le había parecido una fantástica idea que durmamos juntos, así que él y su familia nos dejaron). Nos fuimos a acostar, los dos coincidimos en que solo en boxers, yo pegado a la pared (típico: el introvertido a la pared), perro antes noté que tenía los abdominales algo marcados y que era más flaco de lo que parecía con ropa. Así que nos acostamos; él jugó un rato con su celular y dormimos. La sorpresa estuvo de mi lado cuando recobré consciencia y me encontré pegado a la pared con mi primo abrazándome. "Mierda, puta madre qué hago" pensaba. Intenté pegarme más a la pared para safarme pero no había espacio, fue entonces cuando sentí con detenimiento que su pierna derecha se encontraba sobre mi pierna izquierda y se sentía tan caliente y suave que intenté volver a dormir. Pensaba. Estaba asustado. Era casi un desconocido y no quería que él se enterase que habíamos terminado así. Al final se despertó, ...