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Entre Tumbes y la selva
Fecha: 23/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... masturbar muy rápidamente. y llevó mi cabeza hacia abajo así que me la tragué una vez más y sin previo aviso tenía un líquido caliente de sabor extraño dentro de mi boca mientras sentía su cuerpo tensionarse. Me corrí inmediatamente hacia un costado y escupí todo en los tablones de madera. Al día siguiente casi ni podía correr. No quiero dejar de anotar que también tuvimos oral en el camino a la isla. Digamos que su polla se hacía notar casi siempre. Uno de los temas favoritos de Jipson era hablar de chicas y de cómo extrañaba follarse a sus amigas. Me excitaba y él lo sabía. Era casi ya el fin del viaje. Teníamos pues que regresar, no sin antes pasar a conocer Tumbes, la región de dónde vino Jipson. Nos encontramos con una prima allá (que viajó de Lima) y él se la quería follar a toda costa. Recuerdo que estábamos los dos en la cama, me sedujo pero cuando iba a mamársela me dijo que vayamos a la cama de nuestra prima a lo que no accedí porque yo la conocía a ella muy bien y no quería que supiera lo que había pasado con él. Me folló pues sin más remedio y dado que ahora teníamos un cuarto para nosotros solos no fue necesaria la delicadeza, me tomó de la cintura fuerte y me golpeaba con sus ...
... piernas. recuerdo que me iba cambiando de posición mientras buscaba la forma más cómoda de metérmela. Yo le pedía más en voz baja por más que su polla me hiciera un poco de daño. se corrió en mi boca, como se le había hecho costumbre desde aquella vez en la selva. Nunca nos besamos y esto siempre se trató de satisfacerlo. Llegó el último día y él nos llevó en cuatrimoto a recorrer un poco la ciudad. El cielo era de un celeste tan intenso y cuando anocheció se tornó tan turqueza que todos no dudamos en admirarlo por un momento. Los tres, como si nunca nada hubiera pasado y como si yo fuera el mismo que antes del viaje. Pasamos por la plaza, compramos unas pulseras, comimos un helado nos despedimos. Era hora de dejar al chico de la ciudad turqueza en su mundo y yo regresar al mío. Finalmente nos separamos. Yo y mi prima regresamos a Lima y pasados los años parece que las cosas cambiaron. Él fue pues por malos caminos y yo ingresé a la universidad. Cuando lo vi, estaba más alto, su rostro había cambiado y tenía una marca en el rostro que lo hacía irreconocible. Es hermoso pues poder conservar los recuerdos de lo que pasó. La libertad que sentí que ahora busco y que ahora les comparto. Miguel