Entre Tumbes y la selva
Fecha: 23/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... me soltó de lo más normal y con sus 17 años me iba dejando claro que tenía costumbres algo diferentes. Al día siguiente volvimos a partir. Esta ves a San Martín. En el bus, aparte de algunos problemas por su música, todo transcurrió normal. Nos conocimos un poco más. Detallo que para orinar quería sacar su polla por la ventana del busd como a la 9pm porque no quería bajar a los servicios. Cuando todo ya estaba oscuro tuve ganas de besarlo; lo veía y quería, sus labios estaban a centímetros de los míos y él se movía por el balanceo del bus, nunca creí que quisiera besar a un chico, pero él empezaba a tener algo especial que no había visto antes. Llegamos a San Martín e inmediatamente nos introdujimos a un lugar inhóspito luego de pasar por una van, un mototaxi y tres horas de caminata. Mucha fue mi sorpresa cuando me enteré que la finca era una isla, cruzamos el río con los equipajes hasta que llegamos a la casa. Casa: construcción de madera incompleta que en el segundo piso solo contaba con dos paredes laterales. Llegamos. Este sería el lugar donde pasaríamos dos meses. Y el detalle más importante: solo había un colchón para los dos. Jugábamos en el río, recolectábamos café, jugábamos cartas a la luz de unas velas y las aves, los maizales, la lluvia. Amaba ver el cielo y los maizales a través de las paredes faltantes mientras dormíamos. No hace falta mencionar que alguien como Jipson tenía muy poco por hacer con alguien como yo, pero llevábamos la fiesta en paz. Que ...
... "manuela", que unas "carreritas". Jipson era muy relajado y me hablaba de las chicas con las que había estado. Me excitaba demasiado escucharlo. Una cosa llevaba a la otra. Ya se nos había hecho rutina pajearnos, la tenía grande. Muy grande. Y doblada hacia abajo. Siempre creí que era porque usaba ropa interior muy ajustada y le tenía demasiado grande. De tocar en un tiempo pasé a lamer y de lamer llegó el día en que. Él me despertó. Ya se había corrido esa noche, pero me despertó en la madrugada. Su mano me acariciaba la cintura, abrí los ojos y lo primero que vi fue la luna brillante y los maizales, no me moví. Sabía que era lo que quería pero tenía incertidumbre. Me moví hacia él, él al instante baja mi bóxer con un dedo. No he mencionado que la cama de mi tío estaba a aproximadamente 5 metros. Pasa si polla desde arriba hasta la parte baja de mis nalgas -yo solo lo sentía, me gustaba y quería que frotase su polla más adentro- pero sin dudarlo empujó su verga contra mi esfínter sin la más mínima lubricación. Quise gritar y lo empujé con mis manos. Dolió demasiado, pero yo quería, así que me di vuelta sin hacer ruido y se la lamí. Parece que él entendió porque metió sus dedos a mi boca y me empezó a dilatar recién el esfínter. la volvió a colocar y de nuevo de un solo movimiento empujó su verga, esta vez penetrando. Se acomodó sigilosamente y empezó a moverse, aunque no por mucho rato. Coloqué mi mano sobre sus piernas para que metiese toda su polla dentro pero la sacó y se empezó a ...