1. La historia de Claudia (18)


    Fecha: 24/05/2018, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... bermudas verde claro, una remera azul, zapatillas blancas y medias deportivas. Se puso todo rápidamente, metió en una maleta de viaje alguna variedad de ropa: blusas, faldas, jeans, el traje azul, dos pares de zapatos, y volvió a bajar llevando en la mano su vestido de sirvienta.
    
    Inés la observó mientras salía y cerraba la puerta con llave sin que tampoco en esta oportunidad la viera nadie.
    
    "¡Qué buen ejemplar!" –pensó sonriendo lascivamente y en sus labios se dibujó un rictus de crueldad al recordar a Blanca y su furia por haber perdido a semejante hembra y a la linda cachorrita.
    
    Camino a la radio Inés reparó en el crecimiento que había experimentado el pelo de la sumisa desde aquella vez que se lo cortó por orden de Blanca, y le dijo:
    
    —Fue una equivocación de tu dueña anterior tenerte con el cabello cortado a lo varón, porque vos de varón no tenés nada. Vos sos hembra de la cabeza a los pies, así que voy a dejar que el pelo te crezca y cuanto más, mejor.
    
    A todo esto habían llegado a la radio e Inés estacionó el vehículo en un sitio libre casi en la esquina. Claudia permanecía inmóvil a la espera de la orden de bajar e Inés, comprendiendo eso, sintió un profundo y perverso placer ante la absoluta falta de voluntad propia que mostraba Claudia.
    
    "Es ya un autómata, un hermoso robot de carne y hueso, una esclava perfecta... debo reconocer que Blanquita hizo un excelente trabajo con ella", se dijo y sonrió complacida.
    
    —Bueno, bajá. Arreglá todo rápido y ...
    ... no te demores charlando con nadie. ¿Entendido?
    
    —Sí, Ama. –contestó Claudia mientras descendía para encaminarse con paso ligero y mirando al piso hacia la entrada del edificio en cuyo quinto piso estaban la radio.
    
    Diez minutos después estaba otra vez en la calle. Miró el auto a lo lejos y se dijo que ahora su mundo era su Ama, sólo su Ama y la realidad que ella quisiera construirle, con las personas y las situaciones que su dueña decidiera.
    
    Inés la recibió con una sintética pregunta:
    
    —¿Y?
    
    —Ya está, Ama, estuve con el jefe de personal. Me explicó que tengo que mandar un telegrama de renuncia y después llamarlo para que él me diga cuándo paso a cobrar mi sueldo y las comisiones que me deben.
    
    —Muy bien, esclava. –dijo la peluquera satisfecha del desarrollo de los acontecimientos que había planeado. –Ahora te llevo a mi casa y ahí te tengo hasta el miércoles, a vos y a la cachorra aprovechando que mi marido está de viaje. –y luego de decir esto se sumió en reflexiones respecto del futuro próximo.
    
    Si bien no conocía la casa de su esclava por dentro, parecía ser una buena propiedad que sin duda valdría muy buen dinero, y entonces le preguntó:
    
    —¿La casa es tuya, perra?
    
    —Sí, Ama, era de mamá y cuando ella murió me quedó a mí.
    
    —¿Y tenés alguna otra?
    
    —Una casita de fin de semana en las afueras, Ama.
    
    Sin agregar nada más, Inés volvió a enfrascarse en sus pensamientos:
    
    "Vendiendo las dos casas me haré de una muy buena suma. Tengo los ingresos de la ...
«12...456...15»