Estrenando pashmina (2)
Fecha: 24/09/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos
Mientras tomábamos y brindábamos por mis amantes, Saúl se desnudó después de que yo lo hice. Esta vez yo tomé más de la mitad de la botella de vino y ya estaba mareada cuando Saúl me cargó para penetrarme y llevarme así, ensartados, a la recámara. Ni él ni yo medíamos las consecuencias de una caída por el estado de embriaguez en que ambos nos encontrábamos. Afortunadamente llegamos a la cama sin percances.
–¡Me gusta cogerte ya cogida, mi Nena puta! –dijo cuando caímos en el colchón y me besó antes de mamarme las chiches y moverse deliciosamente rápido.
Me vine pronto y cuando él se dio cuenta, se separó de mí y se puso a chupar el flujo y mi entrepierna, la cual traía ya seco el atole que me había escurrido de la cogida que me dio Pablo.
–¿Te cogieron rico, Nenita? ¡Seguro que así fue! –decía entre cada viaje de lengua– ¡Estás muy rica! –insistía.
Me volvió a penetrar y nos vinimos como un río. “¡Te amo puta, mi Nena!”, gritó al tiempo que yo sentía el calor de su copiosa venida. Dormimos varias horas, hasta que el fresco nos obligó a meternos en las cobijas. Yo sentía que todo me daba vueltas por la borrachera, de vino y de amor…
Diez días después, en la noche, cuando Saúl aún no regresaba de una asesoría que daría (creo que ahora está de moda llamarles así a las citas clandestinas), recibí un WhatsApp de Pablo: “Llegué a la CDMX. Salgo mañana en la tarde.” De inmediato le marqué y hablamos más de media hora. Quedamos en que nos veríamos en la mañana, ...
... tan pronto como yo pudiera, en el hotel ‘Fiesta Inn’ del aeropuerto, donde él estaba hospedado. Justo después de despedirnos, llegó Saúl algo malhumorado.
–¿No salió tu junta ‘ombligatoria’ como esperabas? –le increpé y me miró furioso, pero se calmó de inmediato para no caer en la provocación que le hice por celos.
–En la asesoría, los datos que ellos llevaban estaban mal, descubrí la contradicción al utilizar algunos de ellos. Disculpa si me ves molesto. En cambio, tú resplandeces de felicidad –dijo abrazándome y me besó.
Le ofrecí de cenar y aceptó. Durante la cena, me contó que tuvieron que llamar a los responsables de las mediciones y que, al acudir, Saúl les hizo saber cuáles eran los errores y la manera en la que debían corregirlos, “aunque no durmieran hoy”, porque al día siguiente estaba programado el inicio de la siguiente etapa.
–Así que mañana, no me esperes para comer, y quisiera cenar tan rico como hoy, pero con platillos como los que hacía mi mamá y que a ti te salen muy bien –solicitó con vehemencia–. Si no puedes, te invito a cenar.
–¿Estás seguro que no habrá más contratiempos? –le pregunté– Más vale que dejemos la cena al estilo de tu mamá, para el viernes –dije sin explicar que quizá yo no tendría tiempo de preparar los guisos que él prefiere.
–Tienes razón, Nena, mañana será un día difícil y sabré cómo va todo hasta varias horas después –dijo aceptando mi propuesta.
Al día siguiente, Saúl se levantó muy temprano y salió después que ...