Xochi mi madre, incesto, morbo y complicidad
Fecha: 26/09/2021,
Categorías:
Incesto
Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos
... de baño y con una camisa anudada a su cintura, entreabierta dejando ver sus lolas y una vez más sus pezones en relieve delatando el morbo de su excitación. Mingo recostado a su lado acariciaba su bulto, cada vez más alargado bajo la zunga negra, que mi madre comenzó a acariciar con su mano, mientras se reían, recordaban aventuras escondidas, compartidas y como las escondían del cornudo de mi padre.
—¿Te gusta nena?, hace tiempo que deseaba que fueras mi hembra, que seas mi puta y casada con tu cornudo.
—Me volvés loca Mingo, no sé qué adrenalina me excitas, pero quiero que me cojas.
—Mi puta, te voy a coger, chúpame la pija, mojala bien porque te va a doler hasta el útero; hoy te perforo y los cuernos le van a doler también a tu marido.
Descubriendo su pene era tan grande que parecía un brazo, mi madre se arrodillo en la cama delante de él y su boca comenzó a devorarlo hasta un poco menos de la mitad de ese tronco, sus flujos, sus jugos chorreaban sin cesar entremezclados con la saliva.
Mi madre se desató la camisa y comenzaron a pajearse: los dedos de Mingo corriéndole la tanguita se perdieron en la concha de mi madre, mientras ella se saboreaba con su boca y con sus manos sobre una pija cada vez más rígida; Mingo lamiendo sus dedos y volviendo a meterlos suavemente, le rosaban el ano, que estaba también súper excitado, aunque nadie aún se lo había penetrado profundamente.
—Puta… te quiero coger ese culo, por favor putita…
—Hmmm no sé, tenés la pija como ...
... un tubo (…) —Le dijo, muy caliente, mientras le chupaba y mordía los huevos más grandes que había visto yo, tan cargados de leche.
—Bueno, pero voy a acabarte, no puedo más.
Tenía las pelotas demasiado hinchadas y su miembro erecto iba de su boca hacia los pezones de mi madre hacia uno y hacia otro. Ella seguía acariciando sus testículos y le pajeaba la pija con lengüetazos, apenas inclinándolo y haciéndolo más rígido en su boca.
—Si, acabá, dame tu leche caliente y babosa, lubricá mis pezones que explotan, mirá lo que son tus bolas, no das más mi potro. Suspiro mi madre.
Mingo se echó hacia atrás curvando su físico y su glande comenzó a escupir chorros de semen que ella con su mano uso para dibujar círculos entre sus pezones. Mi madre comenzó a masturbarse, su clítoris se tensó entre sus dedos que separaban sus labios vaginales, mientras su boca buscaba aquellos restos de semen que fregó sobre sus labios cerrados.
—Chupala, mamala, limpiame la pija hasta la última gota, tragate toda mi poronga pensando en el cornudo de tu marido. Me calienta hacerte cada vez más atorranta, más guasa y vas a ser muy cortesana para mí delante de todos, ¿entendés “Xochi”, entendés putita? (Le decía mientras le sostenía en pelo con fuerza, para besarla con un morbo extremo).
—¿Me vas a coger potro, o me vas a dejar así de caliente?, sodomizame, soy tu perra erótica y en celo.
—Ponete en cuatro, separa tus piernas y abrí con tus manos ese culo.
Ella obedece y la pija dura ...