El ayudante (Cap. 8): Yeri sobre la mesa
Fecha: 04/10/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: JoKe316, Fuente: CuentoRelatos
... su rostro para darle una buena aspiración con su nariz. Estaba empapada en los ricos fluidos de su dueña, lo cual lo hicieron soltar un gruñido que dejo entrever la lujuria que ahora lo dominaba. Irene había logrado escapar, sí, pero al hacerlo había dejado indefensa a la miembro más joven de su grupo. Y ahora la pobre Yeri estaba servida en bandeja de plata, literalmente sobre la mesa, sólo para él.
A ella la acomodaron mejor sobre la mesa, esas grandes manos tomándola de sus blancos muslos para abrirla de piernas, sus rosados y húmedos labios quedando a la vista de ese imponente ejemplo de hombre que se agachó quedando con su rostro entre sus piernas. “¿A-Ayuda AANHMMM-” Lo que sea que iba a decir fue interrumpido por un gutural gemido que vino directamente de su vientre, todo al sentir la lasciva boca de ese dominante hombre contra su mojada y caliente vagina. Rápidamente la sala, no; La casa entera fue inundada con ricos gemidos y gritos de placer, además de un sucio y húmedo sonido de labios y lengua comiéndose algo muy sabroso. “¡Ahh!” La cara de la pequeña rubia se deformó en primitivos gestos de goce puro y sus brazos se afirmaron como pudieron contra la mesa en la que ahora estaba medio recostada. Sus piernas y cadera se removían luchando por retomar el control, pero las firmes manos de su Ayudante aún la sostenían y no dejaban escapar, quedando a su completa merced.
Poco a poco sus abundantes jugos comenzaron a gotear y caer por la madera donde Red Velvet ...
... solía reunirse para compartir sus comidas. “¡Hmmhhaa!” Y ese sólo y fugaz pensamiento fue suficiente para llevarla un paso más cerca del delirio. “A-Ayudante, nno, mme, ¡Hmm!” Me vengo, me vengo, que rico, siga, siga, no pare, que ricoo. “¡Nngh!” Su naricita y sudada frente se arrugaron y apretó su mandíbula intentando contener lo que sea que estaba sintiendo, lo que sea que estaba llegando. Pero las oleadas de placer cual electricidad que recorrían todo su cuerpo eran demasiado fuertes. Y esa boca y esa lengua y esos labios eran implacables, expertos, probando, recorriendo y consumiendo sin descanso cada maldito centímetro de su caliente y mojado sexo como si agua en el desierto se tratara. Se la comieron entera allí mismo, en la mesa donde ella comía y compartía con sus amigas, su familia. Se la comieron hasta llevarla al filo del más rico orgasmo que sintiera en toda su vida. “¡Ahh, ahhh! ¡HMM!”
Su cabeza se echó hacia atrás y sus manos se afirmaron con fuerza a la cabeza de su Ayudante para que no se atreviera a separar, atrapando mechones de su cabello entre sus dedos, mientras su garganta llegaba a escocer de los gritos de puro placer que salían de su boca, sus ojos derramando un trayecto de finas lágrimas. Su cadera y piernas erráticas en espasmódicos movimientos mientras los músculos de su vagina se contraían y su orgasmo explotaba bajo su vientre, sus abundantes jugos bañando tanto la cara de su Ayudante como la mesa y la alfombra debajo de ellos, mientras ella no ...