Con 18 años recién cumplidos (II)
Fecha: 05/10/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... otro día.
-Ay mi niña, pero a qué viene eso, yo solo quiero estar contigo, no estés celosa. –Joan se sentaba en la cama acariciando con sus dedos mi espalda bajando por ella hasta mis glúteos.
-Ya, pero te gustaría. –Le volvía a preguntar, Joan se quedaba mirándome, pensativo sin saber muy bien que decir, intentando averiguar cuál era la respuesta adecuada.
-A ver mi niña, yo estoy muy a gusto contigo, creo que nos lo estamos pasando bien ahora, no le digas a un hombre si quiere hacer un trío con dos preciosidades como sois vosotras porque te dirá siempre que sí.
-Entonces… ¿Te gustaría?
-Claro que si Lara, pues claro que me encantaría follar con las dos, pero no sé si Sofía querría. Joan salía de la habitación sin tan siquiera ver mi cara, quizás por no verme cuando afirmó que le encantaría y dando por seguro que Sofía no querría.
El mismo martes por tarde se lo comenté a Sofía, la verdad que a mí la experiencia no me desagradaba y sabía que a Sofía tampoco, la conocía muy bien y aunque no me dijera nada sabía que le había picado la curiosidad, lo hablamos entre las dos, estábamos indecisas, seguíamos dándole demasiadas vueltas, demasiadas incógnitas, Joan se había marchado a Valencia por unos asuntos relacionados con su mujer y me pidió vernos el sábado por la tarde a lo que evidentemente le dije que si, ya me inventaría algo para que mi novio me dejara en paz, me dio las llaves de su casa y me dijo que le esperara allí que él llegaría a eso de las siete ...
... de la tarde.
El resto de la semana transcurrió como siempre, Sofía y yo cogíamos color por la mañana en la playa y por la tarde las dos descansábamos en mi casa o en la suya, tomábamos algo en alguna terraza con los amigos y nuestros respectivos novios y hablábamos y hablábamos, dos días pensando que es lo que íbamos a hacer, ya que Sofía no lo tenía claro, hasta que llegó el sábado por la tarde, a las siete de la tarde en punto como Joan dijo abría la puerta de su casa, yo sí que lo tenía claro, quería estar con él y quise que lo primero que se encontrara según entraba fuera mi blusa tirada en el suelo sobre un lecho de pétalos rojos, pétalos que como una carretera discurrían por su casa hasta su habitación encontrándose a cada paso ropa mía tirada en el suelo, la ropa que fui quitándome, el sujetador, el pantalón, una sandalia y justo antes de entrar mi tanga junto con un cuenco pequeño de cristal con dos fresones bien rojos.
Joan entró prácticamente desnudo, tan solo el bóxer que se fue quitando a medida que se acercaba a la cama donde yo estaba desnuda esperándole con una copa de cava, pétalos de rosa sobre la cama, sobre mí, sobre… sobre Sofía que le esperaba también desnuda abrazada a mí y con otra copa de cava en la mano, Joan sonreía mirándonos a las dos, la sorpresa había sido mayúscula y para cuando se subió a la cama estaba totalmente desnudo con una erección en su pene impresionante, nada más llegar a nosotras me besó apasionadamente mientras me acariciaba mi ...