1. Dulces 8: Crónicas del Chevette Blanco 3


    Fecha: 19/07/2017, Categorías: Gays Autor: shotaboy, Fuente: SexoSinTabues

    ... nariz y boca dejando salir todo tipo de fluidos mientras el mástil de carne rígida de mi primo se daba el placer de liberar su preciada carga de semen dentro de mi garganta, tragué cuanto pude sabiendo que la pasaría mal si derramaba alguna gota; pero él mismo se salió de mi desperdigando su leche en mi rostro y pecho, marcándome ante la vista y la aprobación de todos como su perrita personal. ¡Que buen aguante tiene! -dijo uno a lo que este le agradeció el cumplido ¿Dónde la conseguiste? - preguntó el panzón, Paul solo dijo ¡él Ya era así de golosa y puta! Paul tomándome del cabello sin dejarme recuperar me levantó del suelo y arrojándome a una de las camas que allí habían me dio dos bofetadas con relativa fuerza que si bien no me dejarían marcas realmente dolían, le imploraba que se detuviera pero sentí su pene erecto aun después de haber acabado dentro de mi estómago rozando mis húmedas nalgas, él me tomó de los pies y colocándolos en sus hombros me penetró con fuerza intencionalmente, di un grito sin miramientos, y a nadie le importó, después de todo no había alguien a parte de nosotros más en kilómetros. Su abdomen lleno de abdominales tocaba la tersa piel infantil de mi trasero al igual que su rígido miembro tocaba mis paredes anales que apretaban con cada latido de mi corazón; él seguía con sus bofetadas mientras me gritaba ¿¡quieres que pare!? ¿¡Quieres que te lo saque!? ¿¡Quieres que me salga!? Con cada golpe; pero el tiempo con mis primos no había pasado en vano, ...
    ... ya venía aguantando ese comportamiento violento de Paul desde hace cuatro días, además Gabriel que tenía toda la experiencia del mundo con su hermano mayor me indicaba que hacer ante tal o cual situación; sin embargo saber qué hacer y hacerlo son dos cosas muy distintas por lo que tomando control de mis reacciones le conteste ¡No pares! ¡Cógeme! Esto encendió los motores sexuales de mi primo quien inició su brutal mete y saca, con su mano izquierda me sostenía los pies mientras con la otra me tiraba del cabello, Su pene parecía estar hecho de fuego porque sentía arder mis entrañas con cada penetración que, en lugar de procurar su propio placer parecía más interesado en darme sufrimiento y castigo; y lo que era peor, comenzaba a acostumbrarme a este tipo de trato de parte suya. ¡Dale duro! - le animaban sus compañeros a Paul. ¿¡Así o más duro!? - gritaba él, hasta que ante la mirada atónita de estos hombres grité: ¡MAS! ¡MÁS DURO! No puedo saber hasta el día de hoy si mis palabras enojaron o excitaron a mi primo, lo que si se es que luego de decirlas él se volvió una bestia, violándome de lo lindo ante un público erecto y deseoso de probar su turno; los envites de Paul se prolongaron junto con sus guarradas y bofetadas al menos veinte minutos sino es que más, mi próstata dolía de tanta presión contenida, mis paredes anales escocían en sobremanera cada vez que la textura venosa e invasiva de aquel pene profanaba de forma violenta y descuidada mi inocente anito hasta hacían ya ...
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