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Se rentan cuartos para estudiantes
Fecha: 15/10/2021, Categorías: Confesiones Autor: EmmaReyRey, Fuente: CuentoRelatos
... amiga y le di un beso en la mejilla inclinándome y apoyando mis manos en su pecho, mi abdomen tuvo un roce de su erección al hacerlo y él se puso aún más nervioso. Corrí al anexo y subí las escaleras a la recámara, abrí la computadora y puse las cámaras. Lalo levantó la basura del suelo, dobló las cajas y tomó asiento en el comedor restregándose la cabeza con las manos como si estuviese preocupado. Se desnudó y se metió al cuarto de baño. Cambié de cámara y lo vi...! El muchacho estaba bien dotado! Se metió a la ducha con la verga bien parada y tomó el jabón líquido del estante donde lo habíamos dejado, con sus manos largas agarró su mástil y estiró la piel del prepucio para comenzar a pajearse rápidamente con el chorro de agua cayéndole en la nuca. El flaquito estaba hecho una delicia, quería comérmelo. Me deshice de los shorts que estaban ya hechos un charco y me metí dos dedos pajeándome al rimo de su mano, Lalo iba de prisa como si estuviera desesperado, en menos de dos minutos supe que se estaba corriendo porque se agitó y apoyó por completo en las baldosas de la pared, entonces vi los chorros de leche escurriéndose en alto contraste con el celeste de las baldosas del baño. Quise poder entrar y lamer la leche de la pared y chuparle esa verga gruesa y venosa a mi chico, pero me tuve que conformar con meterme tres dedos y correrme pensando en él. Eso solo fue el comienzo de esa noche, porque tras ducharse Lalo estaba de nuevo como un mástil y se tendió en la ...
... cama con la portátil abierta y a un costado y los cascos en sus oídos, ésta vez se puso cómodo con unos Kleenex a un lado y un aceite, esta vez comenzó a pajearse con calma al ritmo de alguna porno y yo... Yo también aproveché, tomando mi consolador y pajeándome a su ritmo, viéndolo retorcerse y halarse esa verga con las dos manos, y aun así no lograba cubrírsela por completo porque la punta morada e hinchada sobresalía. Lalito, Lalito, Lalito... Comenzó sus clases y poco a poco aprendí sus rutinas de estudio y de pajas, claro, sabía las porno que le gustaban eran de culonas y tetas grandes, como casi cualquier adolescente, podía correrse hasta tres veces por sesión y las noches previas a las que tenía partidos de soccer eran las que tenía más alargaba buscando desestresarse, instalé audio también en las cámaras luego de la primera noche, para escucharlo gemir y correrse, su voz de chico tímido se transformaba en un auténtico macho aunque apenas y susurraba, seguro temeroso de que lo escuchasen en los otros apartamentos, pero yo más que nadie sabía que el sonido no viajaba. Buscaba liberarse de la pesada de su madre que venía cada semana durante los primeros tres meses, hasta que luego pasó a ser cada dos semanas gracias a mis reportes continuos. Le confesé a Lalo lo que hacía y él me agradeció una noche en que compartimos una pizza en su apartamento, había llevado yo una botella de vino y, claro, un faldita pequeña de jean con una tanguita negra debajo, unas sandalias de ...