Descubrimiento
Fecha: 22/10/2021,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... noches!
- Bueno, sí. Aún estudio, de hecho. Pero dejé el otro trabajo para dedicarme completamente a este. El dinero no es nada despreciable, ¿sabes? Lo de tu madre era solo una fachada para parecer que conseguía sustentarme con un trabajo “honesto”, si es que eso significa algo. Hace unos meses me harté de fingir como secretaria, un trabajo que me exigía mucho tiempo para la paga que conseguía (no me malinterpretes, solo que aquí gano más del triple de lo que ganaba allí) y que ya se me hacía rutinario. Con lo que me llevo aquí alcanza para mí y mi hermana, además de que me sobra para darme algún que otro lujo. Me ha brindado independencia, ¿sabes?
- Haces que suene maravilloso.
- Y lo es, la mayoría de las veces. Nunca falta algún estúpido que quiere salirse del menú. Pero todos pagan efectivo al menos.
Mientras hablaba, una mujer completamente diferente a la que conocía se mostraba ante mí. Y esta me gustaba aún más.
- Te ves completamente diferente a como eras en la oficina.
- ¿Ah sí? – podía jurar que, a pesar de la luz roja, sus mejillas se habían encendido – ¿Por qué?
- Porque allí eras muy tímida. Llegué a pensar que te daba miedo o algo.
- ¿Miedo? Ja, deberías ver a los hombres que me buscan aquí… No, lo que pasaba era que me gustabas… Lo sabías, ¿no? – parecía expectante.
- Sí. Bueno, lo sospechaba.
- Tiendo a ponerme así cuando me pasa, jaja – una risita tonta más – no puedo cambiar. Pensaba que algún día me invitarías a salir, pero ...
... solo esperé y esperé.
- Quise hacerlo, de veras, pero recuerda que tenía novia en esos días.
- ¿En esos días? – buscó mi mirada – ¿Eso quiere decir que ya no estás con ella?
- No – le aseguré – se acabó todo.
- Oh, qué lástima – si se había entristecido no se le notaba en absoluto.
- No funcionó simplemente – continué – Pensé en buscarte, pero ya habías dejado el trabajo.
- Vamos – parecía incrédula – Eso solo lo dices para que coja contigo en este instante – lo que de hecho no era una mala idea.
- Lo digo en serio. Quise hacerlo incluso antes, cuando estaba con ella. Supongo que sabía que aquello no tenía futuro, aunque tomé la decisión demasiado tarde.
- Sí…
Nos quedamos callados unos segundos. Mi mirada se desviaba hacia su cuerpo mientras tanto. Me moría de ganas por tocarlo, por recorrerlo con mis manos, con mi boca. Verlo en todo su esplendor, completamente desnuda. ¿No era acaso eso por lo que entraban todos esos hombres a este cuarto? Estábamos, después de todo, en el lugar que ella llamaba trabajo. Me daba cuenta que habían algunos sentimientos encontrados, sí, pero aquel cuerpo me atraía demasiado.
- Melanie… ¿Cuánto… cuánto cobras?
- ¿Qué?
- Que cuánto cobras…
Melanie me miraba sin saber que responder. Se volvió a hacer silencio en el cuarto.
- Ah, eso… ¿Quieres hacerlo?
- No – me apresuré a decir – Digo, no lo sé. Cuánto ganas hubiera sido una mejor pregunta creo.
- Gano bien. Y si quieres algo más no podría cobrarte ...