Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre
Fecha: 02/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Abraxas1605, Fuente: CuentoRelatos
Introducción: Mi esposa Sofía y yo nos conocimos en la misma empresa, ella tenía 26 años y yo casi los 30, como todo cuento de amor, nos enamoramos perdidamente y decidimos casarnos sin revelar nuestro secreto en nuestro trabajo, pues como en muchos lugares no estaban permitidas las relaciones dentro de la empresa. Sofía era muy hermosa, su cuerpo anatómicamente curvilíneo no la dejaba pasar desapercibida en ningún lugar, pero nuestra confianza y amor permitían hacerme pensar que ella siempre sería mía, pese a los comentarios de quienes nos conocían de que «ella era demasiado para mí»
Mi esposa Sofía yo nos conocimos en la misma empresa, yo llevaba algunos años trabajando allí antes de que apareciera en mi vida, basta decir que era una mujer simplemente hermosa, de esas que daba lo mismo si usaban un vestido entallado o una falta hasta el tobillo, ella siempre atraía las miradas de quienes estuvieran a su paso, su belleza era natural.
Cuando llegó a las oficinas nadie dejaba de mirarla y no es para menos, en nuestra empresa todas las mujeres usan trajes sastres obligatorios; blusa blanca, falda corta, medias color piel y zapatillas cerradas de tacón de aguja y un saco.
La primera vez que la vi llegar parecía una modelo de revista, su cabello negro lacio le llegaba casi hasta la cintura, poseedora de unos ojos color miel y unos labios carnosos de hermoso color rosa realmente exquisitos, incluso para imaginarse las mayores perversidades con ellos.
Recuerdo que su ...
... blusa entallada parecía luchar por mantener escondidos unos pechos de una buena talla y seguramente de una piel deliciosa. Tenía una cinturita de infarto y unas piernas torneadas que enfundada en esas medias que terminaban en un bien formado trasero que por lo ceñido de la falda daba la impresión de que las costuras hacían su máximo esfuerzo por moldearse a esas curvas, en fin realmente era toda una muñequita.
Por azares del destino ella quedó en el mismo piso que yo, y aunque ella pertenecía a ventas, y yo a publicidad, nuestros lugares estaban próximos, y poco a poco tuvimos un acercamiento que nos permitió conocernos mejor, y darme cuenta que su carácter lejos de ser duro, más bien era sumiso e inocente, lo que en muchas ocasiones ocasiono que con algunas personas esto trajera problemas. No significaba que cualquiera pudiera verle la cara de tonta, pero para aquellos con mucha seguridad lograban en ella sacar un buen provecho.
De hecho, era muy común que nuestros compañeros los mas osados, aprovecharan cualquier pretexto para sacar provecho de ella, pidiéndole favores tan simples como pedirle alcanzar algún libro, carpeta o material de lugares altos solo para intentar ver debajo de su corta falda. Pero como digo no pasaba de eso, en cambio en el otro caso, el de los hombres con presencia y carácter fuerte me llevo algo tiempo descubrirlo, ellos lograba rebasa esos límites de una simple mirada y palabras en doble sentido, si no también lograr en ella un estado sumiso y ...