La lluvia de mi mujer
Fecha: 09/11/2021,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... te apetece cariño?, ¿tías buenas comiendo pollas o tíos montándoselo entre ellos?... ya sé, me apetece ver tíos follando entre ellos… lo que a ti te gustaría hacer, comer polla y que te follen el culo.
Vale mi amor, lo que te apetezca. Mientras me la chupes y me saques la leche me vale lo que tú quieras. Le dije sonriendo.
Me tumbé en la cama, desnudo, con la polla medio tiesa. María (mi mujer) pulsó un botón del mando y en la pantalla se empezó a ver los títulos de inicio de la película. Se tumbó a mi lado, cogiéndome la polla con la mano, mientras empezaba a pajearme.
En la TV se empezaban a ver imágenes de tíos morreándose, comiéndose la polla y el culo y follando, mucho sexo homosexual.
Los “preliminares” duraron un rato, mi mujer me meneaba la polla, bajaba a chupármela, subía a morrearme…mientras veíamos a tíos buenorros haciendo todo tipo de guarradas.
Me ponen mucho estas pelis con mi mujer, y me abren el apetito de disfrutar de placeres poco heteros. Al poco ya estaba moviendo mis caderas, haciéndole entender que quería que me hiciese algo más que la mamada. Lógicamente lo entendió enseguida, y empezó a pasar sus dedos por mi culo mientras me la chupaba. Poco después ya estaba con un dedo jugando con la entrada, lubricado brevemente con su saliva.
Eres un maricón, estás deseando que uno de esos machos te folle salvajemente. ¿te gustan sus pollas?
Sí, me gustan mucho. Me gustaría que me follasen.
Claro que sí, porque en el fondo eres ...
... una maricona. Date la vuelta putita! Me dijo.
Yo me di la vuelta encantado, quedándome tumbado boca abajo. María me dio unos cachetes en el culo mientras se reía. Me lo abrió y sentí su aliento…venía una de mis partes favoritas. Noté la punta de su lengua en mi ojete, rozándolo suavemente. Me estremecí. Qué placer!
¿te gusta esto putita?
Oohh, sí, me encanta.
Volvió a reírse y a repetir la operación, puntita de lengua, suave y húmeda, y separarse. Yo estaba empezando a gemir creo. Tiró de mis caderas, yo me levanté poniéndome a 4 patas, dándole mi culo. Me agarró las nalgas con fuerza, apretándolas, dándome cachetes mientras me decía guarradas:
Eres un maricón, cómo te gusta que jueguen con tu culo.
Te voy a follar hasta que te corras.
No me vas a aguantar nada, te vas a correr enseguida!
Y otras lindezas que hacían que cada vez estuviese más excitado…
Hasta que me abrió el culo con las manos y hundió su lengua en mi ojete, metiéndola dentro unos centímetros, lamiéndolo, follándome con su lengua, lubricándome el agujero, alternando su lengua con un dedo que entraba entero…
Estuvo así un par de minutos en los que yo estaba en la gloria. Esta es una de las mejores sensaciones que puedes tener.
Estaba concentrado en sus caricias cuando empecé a notar que me estaban entrando ganas de mear. Como la sesión prometía que iba a durar mucho, y no quería estar pendiente de ello, se lo dije.
Cariño, me están entrando ganas de mear, necesito ir al ...