1. La lluvia de mi mujer


    Fecha: 09/11/2021, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... agarrarlo y darle cachetes. Cada vez que le doy un cachete ella gime, lo que me da también placer a mi por el sentimiento de dominación que me provoca. Me encanta tenerla tan excitada.
    
    Una de las grandes ventajas, al menos en mi caso, de que te den por el culo, es que retrasa mucho la eyaculación. Ya puedo tener la polla como una roca, estar excitadísimo, y llevar follando, o chupando, o siendo pajeado, que, como me estén trabajando el culo, hace que tarde mucho en correrme. De hecho, en el pasado, alguna vez me ha costado muchísimo correrme, dejando a mi mujer totalmente agotada.
    
    Sobre esto recuerdo siempre con placer (se me pone dura de solo recordarlo) una vez que estuve follándola durante un buen rato con un dildo metido en el culo, de esos que tiene asas que impiden que se metan dentro, y con la forma que tiene hace que tampoco se salga solo. Estuve tanto tiempo que se corrió como una loca. Seguí follándola porque pensé que me podría correr, pero no pude, hasta que ella me pidió que parara porque no podía más, y terminamos con mi polla entre sus tetas haciéndome una cubana hasta que me corrí a chorros, ¡le llené la cara de semen, el pelo, la almohada, hasta llegó al cabecero de la cama! Cada vez que tenía un espasmo del orgasmo apretaba el ojete y sentía un calambre de placer que hacía que mi leche saliese con más fuerza, solté 5 ó 6 chorros, copiosos… un pringue. Yo estaba tan excitado que me agaché a limpiarle el semen con mi lengua, le lamí la cara, los ...
    ... labios, el cuello… y me tragué mi semen como una buena putita. De los mejores orgasmos de mi vida!
    
    Volviendo al polvo del baño, me la estuve follando durante un rato, hasta que se dio la vuelta de nuevo, me empujó por los hombros hacia abajo, y, repitiendo la maniobra de antes, pero a al inversa, metió su coño en mi boca restregando la polla de goma en mi cara, haciéndome comerle el coño con sus fluidos, los míos… ¡y empezó a mear de nuevo!
    
    Abre la boca zorra, ábrela bien.
    
    Y le hice caso, notando su meada en mi boca. Joder, esto ya superaba mis expectativas para hoy. Cerré mi garganta para que desbordase su lluvia en mi boca, con lo que empezó a caer de mi boca.
    
    Joder, que puta eres, más de lo que yo creía.
    
    Quiero que te lo tragues maricón, demuéstrame que adoras a tu ama.
    
    Y le tuve que hacer caso y tragarme el final de su meada en mi boca. Nunca lo había hecho, he tenido experiencias de lluvia dorada, me encanta sentir el líquido caliente sobre mi cuerpo y sobre todo la sensación de humillación y posesión que implica, pero no tenía yo muy claro lo de tragármela. Pero claro, ahora era mi mujer quién me estaba regando, no podía decirle que no.
    
    Me bebí la meada tal y como me pidió, sabía salada, fuerte, y me quedé mirándola. Se agachó y me escupió en la cara.
    
    Eres una guarra, una puta.
    
    Así me gusta, me volvió a decir al escupirme de nuevo.
    
    Abre la boca.
    
    Le hice caso. Se volvió a agachar y dejó caer su saliva en mi lengua.
    
    Trágatelo como si fuese ...
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