1. Mi primer regalo de navidad


    Fecha: 10/11/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... más en familia. Pasada la media noche, el ambiente había cambiado por completo; los adultos, ya con algunas copas encima, bailaban con las canciones típicas de las fiestas, las carcajadas resonaban en toda la casa, los niños luchaban por mantenerse despiertos después de un día de juegos y diversiones, y los adolescentes habíamos subido un poco el tono de la charla confesando experiencias más íntimas, alentados por el alcohol y los cigarrillos.
    
    Mis primos fanfarroneaban un poco con sus conquistas y aventuras en la cama, mis primas un poco más reservadas, solo describían un poco sus experiencias omitiendo detalles. Pero no eran necesarios, mi imaginación era suficiente para hacer realidad aquellas fantasías en mi mente, potenciada por las bebidas en mi sangre y el humo del cigarrillo, cual dicho sea de paso no era de tabaco, que si bien no estaba fumando, sí que lo estaría inhalando inevitablemente.
    
    Una de aquellas confesiones, la que me habría puesto más caliente, fue la de mi primo con quien compartía más que una simple amistad. Él, quien nos relataba sobre el frenesí sexual que desempeñaba con su novia, describiendo sin pudor alguno todo el acto, historia y contexto.
    
    Fue en ese momento cuando comencé a sentirme realmente relajada, sí, era por la hierba, pero también por sus palabras. Poco a poco me perdía en sus relatos materializándolos en mi mente, haciéndome protagonista al reemplazarme por su novia. Al paso del tiempo me ponía más y más excitada, muerta de ...
    ... envidia por aquellas relaciones explicitas, fantaseando con ser yo la que gozaba del cuerpo de mi primo, ser besada, acariciada y penetrada por él.
    
    Entonces no pude más, con las bebidas haciendo estragos tuve que ir al baño. Me alejé del grupo en la sala y caminé un poco mareada por los pasillos hasta el baño, que se encontraba entre la sala y la cocina, donde mis tíos tomaban y conversaban efusivamente.
    
    Enseguida entré cerrando la puerta con seguro tras de mí, me senté en el mingitorio y desahogue mi vejiga con un fuerte y tibio chorro de orina. Al terminar, quise acomodarme el peinado que para esas horas de la madrugada ya lo tenía todo alborotado. Y mi vestido estaba arrugado y fuera de su sitio, entonces lo traté de amoldar de nuevo a mi cuerpo; le estiré con firmeza, me acomodé los tirantes y cuando revisaba que mi escote estuviese en su sitio, me acaricié mis senos.
    
    De inmediato sentí como se inflamaban contrayéndose y endureciéndose al paso de mis manos, quienes siguieron su camino, deslizándose en mi cintura, abdomen hasta llegar a mi entrepierna. Ahí presioné fuertemente mi vagina con la palma de mi mano sintiendo como se mojaba al sentir mis dedos sobre ella, cual esponja lavaplatos. Ni siquiera lo sabía, pero estaba excitada como nunca.
    
    Perdida en mis caricias, me senté en el retrete con la tapa baja. Abrí mis piernas y comencé a tocarme dulcemente. Mis bragas estaban todas mojadas y calientes, mis dedos se restregaban con fuerza en mi coño sobre mi ropa ...
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