Orgia en casa de la jefa
Fecha: 16/11/2021,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... continuación. Pude ver como Luis, le abrió los cachetes del culo y supuse apoyó la punta de su polla en el agujero del culo, comenzando a penetrarle muy poco a poco. Virginia dejó de besar a Hans debido a la reciente penetración anal y comenzó a gemir de dolor. El alemán por su parte le recogió el pelo en una coleta por detrás de la cabeza y le miraba muy fijamente, pidiéndole al otro que siguiera sin pausa ya que la situación le estaba poniendo muy cachondo. Luis prosiguió con su penetración hasta que consiguió metérsela por completo. Al tener ambos sus sendas pollas dentro de mi mujer, comenzaron un vaivén al unísono mientras que ella se acostumbraba a recibir y disfrutar en esa nueva postura.
Estaba alucinado. Le estaban dando por el culo a mi mujer, y tras lo visto y pese al dolor inicial, los gemidos de placer confirmaban que lo estaba disfrutando y mucho. Numerosas veces le había pedido penetrarle por detrás, pero siempre se había resistido alegando que ni estaba preparada ni su culo lo permitía por ser muy estrecho, de ahí que la situación era una mezcla de humillación, malestar y engaño.
En esos pensamientos estaba cuando Helena se acercó por detrás y pegó su cuerpo desnudo
al mío abrazándome con un brazo mientras que con el otro me ponía una cerveza delante de la cara. No me di cuenta que era ella hasta que me susurró al oído:
- Vaya con tu mujer. Diría que está disfrutando de lo lindo. Vaya follada le están dando a la muy puta, dos pollas para ella sola ...
... y mira, parece que le van a meter una tercera.
- Aunque a ti no parece que te desagrade mucho –dijo cogiendo mi polla tiesa con una de sus manos.
En ese momento el otro alemán que continuaba de pie, se puso frente a mi mujer y le metió la polla en su boca, mientras que con la mano por detrás de la cabeza le marcaba el ritmo de la mamada.
- He hablado con Daniela y ha aceptado que nos vayamos a mi casa para seguir allí nuestra propia fiesta. ¿Te vienes o prefieres seguir viendo cómo se follan a la puta de tu mujer, para luego pajearte como un cornudo? –sentenció con un susurro.
- Nos vestimos y nos vamos, tú veras.
Dejé a mi mujer en medio de aquella follada y seguí a Helena por el pasillo camino de la entrada donde estaba el armario con nuestra ropa. Daniela ya se encontraba allí esperándonos con un vestido muy ligero y lista para salir. Nos vestimos rápidamente y sin decir nada a nadie, salimos de la casa. Nos montamos en el ascensor y Helena aprovechó el momento para darle las últimas novedades a Daniela:
- Joder con Virginia, ¡qué puta es la cabrona! Le hemos visto follándose a tres –le comentaba a Daniela.
- Ah, ¿sí? Vaya con tu mujer, no tiene pinta de ser tan puta –me dijo con cara de asombro.
- Bueno, nosotras no nos quedamos atrás –dijo con una sonrisa – Te noto un poco decaído, no te preocupes que nosotras te vamos a alegrar lo que queda de noche. Lo de antes ha sido un aperitivo, ¿no crees? –y cogiéndonos de nuestras caras, nos dio un morreo ...