1. La merienda


    Fecha: 16/11/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vecinos del otro lado, dos hermanos que están aprendiendo. Venid, chicos, mirad de cerca- Les animó el hombre. Mientras tanto, él seguía follándome como un animal, haciéndome saltar, y acercándose a mi oído, susurraba –Disfrútalo, cerda. Disfruta de nosotros y de cómo te mira todo el mundo-.
    
    Los adolescentes se acercaron algo más, con timidez, y sacaron casi a la vez sus pollas, empezando a masturbarse. No podía dejar de gemir por las embestidas, con mi boca ya libre, pues el hombre mayor optó por volver a sentarse y masturbarse también. El aumento del ritmo me hizo intuir que él estaba cerca de correrse, y me preparé para las deliciosas embestidas finales, pero de repente salió de mi interior, y pasó como una exhalación a mi lado, cogiéndome del pelo para que le siguiera. Se encaramó al sillón en el que estaba sentado el hombre mayor, frente a él, con su polla rozándole la cara, y se dirigió a mí para que me acercara más: -Voy a correrme. Cómeme el culo, cerda-, e inmediatamente empezó a follarle la boca al hombre mayor, que tragaba masturbándose. Me acerqué y lamí su raja separando las nalgas con las manos, agachándome un poco para mejorar el acceso, y de inmediato empecé a empujar con mi lengua, metiéndola todo lo que pude en su ano, lubricando e intentando adaptarme al ritmo de su irrumación. Finalmente, se corrió gritando, inmóvil en la boca y con mi lengua latigando su culo.
    
    El hombre mayor seguía masturbándose cuando él se sentó a su derecha, jadeante y ...
    ... satisfecho, y me indicó que me arrodillara entre las piernas ajenas. –Seguro que tienes sed, prepárate para beber-dijo, y empezó a masturbar al hombre con dureza tras haber acercado mi cabeza lo suficiente e indicándome que mamara el glande. Succioné notando las palpitaciones, recibiendo los golpes del puño cerrado haciendo la paja, y muy excitada por la situación, oyendo la retahíla de insultos que me dedicaba él mientras masturbaba: -Mama duro, hija de puta, trágatelo todo, aún te quedan pollas para trabajar, zorra. Cómo te gusta, eh?- El hombre se corrió agarrando mi cabeza y provocándome arcadas por la imprevista follada hasta la garganta, forzándome duro y aguantando mientras se corría, sin otra posibilidad que tragarme su lefa.
    
    Me soltó jadeante, y se desplomó hacia atrás en el sillón para disfrutar de su satisfacción. Mientras, el me incorporó y volvimos a la mesita de centro. Me hizo sentarme y fue a la nevera exterior junto a la valla a coger una cerveza mientras hablaba a los adolescentes: -Bien, niños, vuestro turno. Jugad.- Se acercaron a la mesa y uno de ellos me empujó hacia atrás por los hombros, dejándome tumbada boca arriba con las piernas colgando a partir de las rodillas. Rectificó mi postura, estirando de mí para que mi cabeza colgara ligeramente de la mesa, y atacó sin piedad mi boca. La irritación de mi garganta fue instantánea, y de vez en cuando disfrutaba descansando unos segundos hasta dejarme sin aire mientras mi tráquea abrazaba su polla. El otro se ...
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