Placeres peligrosos
Fecha: 20/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
... principio no encontró nada que mereciese la pena. Los dos hombres parecían un tanto desaliñados y sus modales no eran muy protocolorarios, prueba de ello era la indiscreción en sus miradas examinando a la atractiva mujer que estaba en la barra buscando algo más que un gin tonic. A esa conclusión llegó el más charlatán que, después de susurrarle algo a su compañero se dirigió hacia ella, al parecer, con sus mismas intenciones, pero a la dama, el desaliñado conquistador no le gustaba tanto como para follárselo. Cristina no era muy remilgada, pero había unos mínimos.
Jorge se presentó y Cristina educadamente también le dijo su nombre. El hombre se percató de su anillo y dedujo que estaba casada, lo cual era indicativo casi inequívoco de que aquella mujer buscaba algo más que un gin tonic, por tanto desplegó sus dotes de conquistador en las que parecía muy capaz de desenvolverse perfectamente gracias a su verborrea, mostrando pues una retahíla de frases ingeniosas que a Cristina le hicieron desplegar una encantadora y cautivadora sonrisa, y eso podía ser un indicio de tener alguna posibilidad con aquella mujer madura de treinta y ocho años que en un principio parecía inalcanzable. Ahora bien, ella sabía, y ya lo detectó a distancia, que aquellos dos patanes no eran de tener muchas luces. En cualquier caso, Jorge no le cayó mal y decidió seguirle el juego, dado que sus opciones en esos momentos eran exiguas, y ante la receptividad de ella, su donjuán se animó a seguir con el ...
... parloteo hasta que decidió ir un paso más allá.
Cristina estaba sentada en el taburete junto a la barra bebiendo pequeños sorbos de su gin tonic y Jorge permanecía de pie junto a ella. Su dedo se posó en su pierna a través del vaquero y se deslizó por él unos centímetros a modo de insinuación por comprobar hasta donde llegaban sus posibilidades, sin embargo Cristina seguía sin encontrarle ninguna virtud al hombre que se le estaba insinuando, sólo el palique con el que se valió para llevar a buen puerto su cortejo. No obstante, no le pareció un motivo suficiente para fornicar con él. Cuando estaba decidiendo que iba a marcharse (quizás a otro pub), el otro amigo se unió a la charla o lo que fuera que estuviese haciendo su compañero. Por lo que pudo comprobar, su aliado estaba yendo más lejos de lo que cabía esperar con aquella sofisticada dama y él no quería quedarse atrás.
Se presentó diciendo que se llamaba Julián y Cristina le devolvió el saludo cortésmente. Si Jorge no le gustaba físicamente, Julián aún le gustaba menos, pero la verdad era que había salido caliente de casa con la intención de echar un polvo que aliviara su entrepierna, y se iba a marchar igual o peor que había salido. Reflexionó unos instantes y ponderó la idea de fornicar con dos tíos a la vez. No lo había hecho nunca, aun cuando la idea la había seducido en más de una ocasión, de modo que después de tomarlo en consideración unos segundos, echó el resto y dijo: –qué caray—. El hecho de haber estado a ...