Del sexo virtual al sexo real con una mujer casada
Fecha: 21/11/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: recuerdos88, Fuente: CuentoRelatos
... hasta que sentí ruido en la habitación, era mi novia que me preguntaba a qué hora iría a dormir... Cristina no se molestó y solo rio frente a la cámara, dejamos de mostrarnos y volvimos a vernos las caras; ambos coincidimos en que nos había gustado lo que estábamos haciendo pero no podíamos continuar...en esa noche, y quedamos de seguir conversando.
Las semanas siguientes ya nos poníamos de acuerdo durante el día, para poder reunirnos en Skype a una determinada hora, la conversación comenzaba muy normal, pero prontamente se transformaba en algo muy provocador, fuese por algún comentario mío a lo guapa que estaba ella, o porque derechamente me preguntaba si me había acordado de ella en algún momento (lo decía de tal manera que se entendía como una referencia a si me había tocado por ella, lo que ocurría a menudo).
Cada noche era más intensa, y tenía la adrenalina de saber que debía ser precavido en casa evitando hacer ruido, pero con el morbo de ver más y más de la piel de Cristina a través de la cámara... ella por su parte se motivaba con lo que hablábamos, por el erotismo de toda la situación, porque se imaginaba como sería hacerme sexo oral ya que le encantaba verme excitado, y lo demostraba usando su mejor ropa interior... durante el día me escribía para decirme lo que usaría esa noche... colaless, pantaletas, transparencias...
Al cabo de tres semanas ya nos habíamos visto completamente desnudos, y ella ya me había visto acabar frente a la cámara en un par de ...
... ocasiones. No solo sus pechos me volvían loco, su entrepierna depiladisima era un detalle que me ponía a mil, y su culo estaba pidiendo a gritos que lo hiciese mío... no solo su cuerpo me calentaba, sino que esa exquisita personalidad coqueta, sensual, que expresaba sus deseos en lo que mostraba y en lo que decía con sus palabras, con sus miradas, con como mordía sus labios cada vez que yo acababa para ella.
Como comprenderán se hizo evidente el deseo de hacer algo más, es decir, conocernos y llevar a cabo todo lo que fantaseábamos... pero los tiempos eran difíciles, su esposo se sentía culpable por su infidelidad y la iba a buscar a su trabajo a diario, como forma de compensarla y tratar de reconquistarla. Por mi parte, si bien vivía con mi novia, contaba con su absoluta confianza y comencé a planear formas de salir por un tiempo sin despertar sospechas, además tenía a favor vivir también en la zona del centro de la ciudad, a unos 20 minutos a pie del lugar donde trabajaba Cristina.
Finalmente acordamos juntarnos un jueves a eso de las 17:00 h, yo diría en casa que pasaría a tomar una cerveza con mis compañeros de trabajo, y ella diría a su marido que pasaría a ver a una amiga que también trabajaba en el centro. Llegado el día y la hora fui algo nervioso y expectante de lo que pasaría, mal que mal podría ambos estábamos siendo infieles y no en el lugar más apropiado: su trabajo.
Llegué a la dirección en una pequeña calle del centro, el lugar era antiguo y las oficinas ...