Persuasión a la perversión (II)
Fecha: 22/11/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Alexonicex, Fuente: CuentoRelatos
Cuando volvió del baño, ya tenía pensado su lista de exigencias.
—Cuando se me cure el culo quiero que me vuelvas a hacer lo mismo que me hiciste.
Casi me atraganto con el café.
—¿Cómo? —dije tosiendo intentando no morir.
—Lo que has oído. No es justo, tú estabas consciente disfrutando, yo no. Así que, lo repites.
—Eh, vale —dije con sarcasmo— algo podremos hacer. Me voy a trabajar.
—Vale, pásalo bien —me dijo haciendo un guiño y se fue a su cuarto.
Después de la experiencia de anoche, vi con diferentes ojos a algunas de mis compañeras. Me empecé a fijar lo buenas que estaban y me comía sus traseros con la mirada. Lo único que quería era llegar a casa y cascármela para quitarme estas ansias de encima. Y cuando me acordaba de tener a Sarah a mi disponibilidad, me ponía más nervioso todavía. Me moría por romperle el culo otra vez. O por rompérselo a alguna de mis compañeras. Había un par de candidatas que me llevaría al baño ahora mismo para que me deleiten con una felación. Eva, una cuarentona con un cuerpo más bien adolescente, o Elena, una rubia con el pelo largo con sus 25 años bien puestecitos, ambas entrarían en la categoría "petite", aunque ella tenía el culo más regordete.
—Estás empanado —me dijo Ángel, un compañero—. Te llevo llamando 5 minutos.
Cuando bajé del cielo donde me estaba tirando a Elena en el baño, me percaté de la erección que tenía, por suerte, debajo de la mesa y no se notaba.
—Perdona, una mala noche —le contesté—. ¿Qué ...
... necesitas?
—Que me imprimas las tres últimas actas para la reunión de esta tarde, con ya sabes —su tono desprendía cierto desprecio y hacía gestos con la mirada a la oficina del jefe. Me sacudí de hombros y cuando se me pasó la erección hice las impresiones, las grapé y las dejé en su mesa.
La jornada se me hizo insufrible, y conduje hacia casa con unas ganas de follar que no había tenido en años. Aunque Sarah no me caiga del todo bien, hay que admitir que tenemos cierta conexión sexual. Cuando llegué a casa estaba en la puerta esperándome de rodillas, con la boca abierta y un cartel en el que ponía "aliméntame".
Solté un suspiro de incredulidad mientras dejaba la maleta y cerraba la puerta. Me acerqué a ella desabrochándome el pantalón y sacándome la polla, que ya estaba erecta desde que salí del parquin y se la metí en la boca. Enseguida empezó a menear la cabeza acompañando el ritmo de mis caderas.
Me costaba resistirme a correrme en su boca. Llevo cachondo toda la mañana y me encuentro esto, un pivón de rodillas dispuesta a lo que quiera, ¡Dios! ¡Su boca me pertenece y se la voy a llenar enterita!
No me aguantaba más, la cogí de la cabeza y empecé con unas embestidas más fuertes, a lo que me puso las manos en los muslos pero no me detuvo. En cuestión ya de pocos segundos empecé a correrme como un poseso en su boca. Esta vez controló más la recepción del semen y cuando terminé y se la saqué de la boca, me lo enseño jugueteando con la lengua y se lo tragó. Le ...