Persuasión a la perversión (II)
Fecha: 22/11/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Alexonicex, Fuente: CuentoRelatos
... volví a meter la polla en la boca para que la terminara de limpiar bien, y, sin decirle nada, me fui a mi cuarto, dejándola tirada de rodillas, casi sin aliento recuperándose de la cogida oral que le acababa de dar.
Por la tarde había quedado con unas chicas para ir a comprar cosas para un festival. Las conocí a través de un foro de asistentes y pedían ayuda y consejo. Con ánimo de integrarme y conocer gente, me ofrecí a ayudarlas.
Quedamos a las 17 h en un bar. Me encontré a dos postadolescentes que tendrían 20 años como mucho. Erica y Carol.
Erica lucía un pelo ondulado rojo claro, ojos azules, piel blanca, complexión delgada y un piercing en la nariz. Con la vestimenta adecuada podría considerarse una chica "pin—up". Carol parecía sacada de una película de "horror punk", pelo negro lacio y escalado de flequillo hasta la melena. Más alta que Erica y con la cadera más estrecha. Quise tirármelas enseguida, a una o a la otra o las dos a la vez. Me daba igual, solo esperaba que no se me notara. Estuvimos charlando un rato antes de ir a comprar y la cosa acabó con intercambio de teléfonos y que quedaríamos el finde para salir de fiesta. Era una buena señal.
Por segunda vez llego a casa cachondo como un conejo, esta vez pensando en cómo me hubiera follado a esas dos mozas, en el coche, en los probadores, donde sea.
Esta vez Sarah no me estaba esperando dispuesta. Piqué a su puerta y me abrió en bragas y en top, con cola de caballo. Sonrió.
—¿Estás ...
... ocupada?
—No —dijo, negando con la cabeza.
—Bien.
La cogí de los hombros y la metí para dentro del cuarto. Le quité el top y le sobé las tetas, mordiendo suavemente sus pezones. La acomodé en su silla de escritorio y me desabroché el pantalón.
—¿Puedes echar el respaldo para atrás?
—Si —respondió sin bien entender por qué hasta que me situé encima de ella colocando mi polla entre sus tetas.
—Escupe —le ordené. Me había quedado con ganas de follarme sus tetas al mediodía.
Escupió hasta lubricar suficiente para que el roce fuera suave y agradable. Apretaba sus tetas contra mi miembro jugando al mete saca con su canalillo. Me encanta hacérmelo con sus tetas. Ella buscaba lamerme la polla y de tanto en tanto le daba el gusto de hacerlo. Iba alternando entre su boca y sus pechos. No me había dado cuento, pero ella se había empezado a masturbar mientras sus tetas me complacían, y por ello estaba gimiendo. Según el ritmo con el que trataba sus pechos se daba más caña. Era terriblemente excitante oírla gemir como si me la estuviera follando de manera tradicional. Pero ahora quería acabar con una cubana. Aún no había terminado esta ronda y ya tenía ganas de follármela otra vez.
—Abre la boca —ordené.
Echó la cabeza hacia delante y abrió la boca todo lo que pudo, tratando de alcanzar la puntita con la lengua. Seguí apretando sus pechos contra mi rabo y empecé la recta final, hasta bendecirla con mi semen, producto del orgasmo provocado por sus tetas. Aunque traté de ...