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A tu voluntad
Fecha: 25/11/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
-Responde mi pregunta – dijo mi Amo con decisión – mientras me embestía una y otra vez. Su pene entraba y salía de mi culo con la fuerza con que el mar arrecia sobre un acantilado en plena tormenta. -¡Responde! ¿Quién soy?- -Mi Amo, sí, Mi Amo – respondí con la voz entrecortada a punto de lanzar mi último gemido antes de que mis sentidos se perdieran en un orgasmo tan intenso que podría decir que esta vez si moriría. Él tocó el timbre puntualmente, como es su costumbre, dos veces seguidas sin pausa esperando que al abrir la puerta yo estuviese preparada según lo acordado. Con vestido y sin ropa interior para que tomase posesión forma inmediata de mi territorio sin mediar barrera alguna. Sin darme tregua, me estrechò contra la puerta de entrada. Por un momento, sólo existieron las respiraciones entrecortadas. La humedad de su lengua y la mía batallando en un duelo de titanes. Sentía como su potente erección presionaba mis entrepiernas. De un momento a otro todo resquicio de igualdad desapareció en nuestra batalla. Mi Amo me tomó con fuerza de las muñecas y susurrándome al oído con la respiración entrecortada dice: — Sabes que mereces un castigo. ¿Cierto? - Permanecí en silencio mordiéndome los labios en un intento de ocultar el cierto tinte de temor que envolvía mi piel. Asentí sin decir palabra. —Quédate quieta entones —ordenó. Su voz. Tranquila, profunda pero firme se vistió de esa autoridad que empezaba a humedecer cada uno de mis rincones. Mi ...
... mente y mi cuerpo sentían el impulso irracional de complacerlo en plenitud. Obedecí. Me esforcé por permanecer inmóvil mientras me soltaba lentamente mis muñecas. Una de sus manos comenzó a jugar suavemente entre mis muslos. Me erizó completamente la piel. Deslizó sus dedos por mi monte de Venus con una lentitud premeditada y pasmosa. Subió por mi abdomen, rozó mis pezones. Subió por mi cuello hasta morder mi oreja. —Quieta —insistió, al ver que temblaba. —No vas a ir a ninguna parte —me susurró al oído. Saberme indefensa, junto la perversa y lujuriosa voz y sonrisa de mi Amo. Me excitó aún más. Frote mis muslos uno contra otro en un intento desesperado de intentar calmar el intenso deseo que me consumía. Él percibió el gesto y deslizó una mano por mi piel hasta curvarla con fuerza contra mi entrepierna. —Me fascina sentir lo mojada que estás. Pero ahora vas a sufrir de placer —murmuró, acariciando con dedos firmes y suaves la entrada húmeda de mi vagina. Apoyó firmemente el talón de su mano sobre mi clítoris y empezó a presionar moviéndola suave y sostenidamente. —. Antes de que termine la noche vas a suplicar mi guapa.- me advirtió - te aseguro que vas a rogar de rodillas a que te folle sin piedad. Ignoré la amenaza. Estaba demasiado pendiente de esa mano que recorría y frotaba mi sexo sin piedad. Era delicioso. Estaba en éxtasis. Las yemas de sus masculinos dedos acariciaban con dedicación la hendidura entre mis pliegues haciendo que mis caderas se ...