Compartiendo piso con mi sobrino
Fecha: 27/11/2021,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... remedio pero que estaban en su punto perfecto de maduración.
Yo la evitaba, no quería líos y aunque soy un puto salido sabía que había límites que mejor no traspasar. Pero aquello era una bomba de relojería. Un día llegue a casa y ella estaba allí tomando el sol en topless. Yo venía de correr con un pantalón corto todo sudado y la camiseta enganchada en un lateral. El jardinero estaba más atento a sus maravillosas tetas que al pobre seto que estaba destrozando.
- Hola Carmen, ¿qué haces por aquí?
- Ah, hola señor Ocaña, ¿qué tal está?
- Bien, ¿no has ido al instituto? – Intentaba no mirarle a sus tetas que no hizo ni amago de taparse.
- No… hace demasiado buen día para perderlo con tonterías.
- Ya veo… y ¿qué haces aquí?
- No puedo estar en mi casa, los criados se chivan a mi padre y encima allí no me dejan hacer topless.
- Y ¿quién te ha dicho que aquí puedes hacerlo? – Yo intentaba ser duro, no me gustaba nada el juego que se traía esta niña… al final iba a tener que darle rabo.
- Lo siento señor… pensé que a usted no le molestaría, es tan joven y moderno… ya me gustaría tener un padre como usted. – Dijo lo más sensualmente que pudo. No pude pensar más que en lo zorra que era aquella niñata. Me fui a la cocina sin contestar y ella se tumbó de nuevo con una sonrisa de Lolita que sabía que sus trucos estaban funcionando. Entendí su sonrisa cuando vi que mi polla estaba a tope, lo cual es difícil de disimular. Cogí el litro de zumo de naranja y salí ...
... otra vez a la piscina.
- Chico… ¿cómo te llamabas? – Llevaba ya dos meses trabajando en nuestra casa pero nunca me molesté en preguntar su nombre.
- Kevin, señor. – Contestó el delgado pero fibrado joven que llevaba una camiseta de tirantes y un pantalón que visiblemente le sobraba por todos lados.
- Ok… donde está la chica del servicio?
- Se ha tenido que ir, estaba enferma. Me ha dicho que tiene comida en la nevera.
- Ok… - Me tumbé totalmente sudado en la tumbona de al lado de Carmen. Ignorándola. Aunque mi polla seguía marcándose en el pequeño pantalón de deporte.
- Señor Ocaña… puedo hacerle una pregunta? – Dijo al rato, tumbándose de lado… sus grandes tetas mantenían la compostura a pesar de la postura.
- Si claro.
- Piensa que soy atractiva? – Dijo mordiendo un mechón de su cabello.
- Chiquilla… que puedo ser tu suegro en breve, ¿que pregunta es esa?
- No soy tan chiquilla, cumplo 18 años en dos meses. Y usted es joven todavía, solo quería saber su opinión porque tengo problemas con su hijo.
- ¿Qué tipo de problemas? – Contesté intentando mostrar interés por mi hijo, aunque a la chica se le veían las intenciones a leguas.
- Pues creo que no le gusto. No se le pone dura conmigo, y siempre me pone escusas… dice que quiere llegar virgen al matrimonio, pero no veo que sea tan religioso. – La niña ya me tenía totalmente empalmado. – Aunque veo que a usted le gusto más que a su hijo. – Dijo riéndose inocentemente.
- Uno no es de piedra. ...