El que quiere puede
Fecha: 28/11/2021,
Categorías:
No Consentido
Autor: ALEJOGOMEZ6991, Fuente: CuentoRelatos
... pero estaba desgastado por lo que le dije que me la prestara por un rato mientras tomaba fuerzas y luego se la devolvía para que siguiera. Por lo que accedió y se quitó encima de Cristina que estaba aún pasmada por el ataque por lo que me toco más fácil la tome del cabello rubio y a las malas la puse sobre el tocador boca bajo diciéndole: “Quieta ramera! Aun tienes trabajo”.
Y sin reparo le encaje mi verga por dé tras a Cristina y apunta de verga segundos después la puse a gritar otra vez, era genial nunca pensé montar unas caderona así y gracias a mi hermano que compartió pensaba yo en ese momento, mientras veía el reflejo del espejo el rostro de Cristina de sometimiento, pero quería ver otro orgasmo por lo que me desfogue y apretando su cintura con mis manos, le di una tanta intensa de verga, el agarre era perfecto sentía perforar hasta el fondo y se escuchaba los glúteos de Cristina chocar con violencia contra mí y nuevamente se entregó comenzó a gemir como gata en celo, pronto la mirada de Cristina se perdió en el horizonte y las pupilas se le pusieron blancas y sus espasmos fueron colosales por lo que la tome nuevamente de cabello y con rabia le dije: “Maldita perra! Para ...
... estar buena!!” “Recibe lo tuyo!”
Le solté entonces todo lo que tenía, derramándome dentro de Cristina! Y complacido me repose sobre la espalda de Cristina mientras esperaba salirme de adentro de ella, lo que me permitió oler su dulce fragancia y besar su cuello o más bien lamerlo, degustarlo! Para ese momento Cristina estaba sumisa o más bien resignada permitiéndome seguir montado encima de ella, hasta que Jonatán mi hermano ganoso nuevamente pedía un segundo raund con Cristina, por lo que me hice aun lado y Cristina al percatarse que Jonatán se acercaba a ella nuevamente se alteró y trato de eludir a mi hermano, pero Jonatán arrimo a Cristina encima del sofá del camerino y ella comenzó a suplicar: “No más! Por favor, no MAS!!”.
Pero mi hermano imperioso otra vez agarro a Cristina, accediéndola desenfrenadamente, por lo que le toco ceder al capricho de Jonatán y dejarse violar una vez más, siendo por segunda vez testigo de la embestida.
Para ese momento Cristina solo tenía puesto sus zapatos negros, el resto de sus prendas estaban esparcidas por todo el suelo y mi hermano Jonatán agitado fornicándola me dice: “Ves Andrés que uno si puede tener lo que desea, EL QUE QUIERE PUEDE!”