1. ¿Qué será amor y qué lujuria?


    Fecha: 02/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Chicles, Fuente: CuentoRelatos

    ... dejado, me beso y preguntó si me gustaba su semen. Le contesté que sí y le mamé la verga para sacar lo que le quedaba y lo volví a besar. Entonces me dijo “Me gusta más la leche de mi socio” me confesó antes de volverme a besar apasionadamente. No le di importancia a lo que dijo, pues lo consideré producto de lo caliente que estaba. Además, supongo que sí les gusta a los hombres chupar una pepa llena de semen de otro, pues tú mismo lo haces a pesar de saber que aún no me baño cuando vengo a verte y mi marido me ha cogido. Apenas me encueras, me mamas muy rico metiendo la lengua hasta donde se puede, y la nariz también. “Sabes y hueles a puta”, me dices.
    
    —Hay pepas que fermentan muy rico el semen y saben riquísimo. La tuya es de esas.
    
    —Pues después de ese día, casi todas las noches y las mañanas cogemos muy rico. Él se calienta mucho cuando le cuento cómo me coges y a mí me gusta todo lo que me hace, me pone en las poses con las que más gozo contigo. A él, como a ti, le gustan mucho mis chiches y no le importan que ya estén todas caídas por el tiempo y flojas por las mamadas que me dan.
    
    Los tres somos muy putos y tú eres muy linda, tu boquita de luna me encanta... Lástima que no te conocí antes, cuando te podía haber embarazado. Te conocí panzona, con unas tetas que ¡pedían a gritos que las mamaran!
    
    —Sí, me di cuenta cómo las mirabas y, a pesar de estar embarazada, me excitaban tus miradas de lujuria, creo que por eso caí en tus brazos años después, porque me ...
    ... seguías mirando igual y me decías de muchas maneras que te gustaba mi pecho, tanto que la pasarías ahí por horas, de todas las formas posibles me hacías saberlo, unas muy delicadas y otras con franca lascivia.
    
    —¡Es que tus tetas son muy hermosas!
    
    —Sí eso siempre ha dicho mi marido. Me hubiera gustado darte también a ti mi calostro y mi leche. A mi esposo se lo daba y le gustaba, en la noche dormía como bebé: mamándomelas. También, cuando llegó la hora de amamantar, las dos veces, tomaba la leche que los hijos dejaban.
    
    —Sí, hubiera sido rico que te mamáramos los dos, a dos bocas...
    
    —Aunque ya lo sabes, pero nunca te lo he dicho explícitamente: te amo. Bueno, a los dos los amo, pero a ti te agradezco lo puta que me has hecho ser. Gracias a ti, amo más a mi esposo y lo disfruto más...
    
    Cogieron de todas las formas que se les ocurrieron, en cada una de ellas él la hacía gritar de felicidad por sentir un orgasmo tras otro, hasta quedar desfallecida entre sollozos. Las lágrimas escurrían por las mejillas. Él la besó y le chupó todo el cuerpo mientras ella descansaba de tantas venidas que tuvo. En cada lamida nueva ella sonreía y se dejaba hacer. Volvió a gritar al tener un orgasmo más cuando la lengua de él trataba de entrar por su ano; los dedos de ella jugaban con el clítoris y los de él entraban y salían de su raja que no cesaba de escurrir flujo. Descansaron, es un decir, ella movía el pene inhiesto de su amante quien no cesaba de mamar alternadamente las dos enormes ...