Madre hot: De viaje con el enemigo (2)
Fecha: 04/12/2021,
Categorías:
No Consentido
Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos
... gratis, que pronto terminó", le dijo en tanto yo desconcertado fui incapaz de reaccionar. Volvimos raudos a la carretera para subir al camión mientras la putilla se cagaba en nuestros muertos y el cabrón de Tony se desternillaba de risa.
Cae la noche. Por no fuera bastante el cúmulo de nuevas experiencias, a Tony y a mí nos toca compartir cama en la pensión. El hostal de carretera estaba hasta los topes y solo quedaba una habitación con cama doble. Cenamos y, al observar que Tony se quedaba de copas con otros choferes, yo me retiré al cuarto a poner en orden las ideas por todo lo acontecido aquella mañana en el bosque. Llamé mentalmente mil veces hijo de puta y otras lindezas a Tony, por lo que le había hecho a la putilla, a mi madre, a mi padre... Pero en el fondo no dejaba de admirar su descaro y desparpajo en la manera de andar por la vida. Y su brutal sexualidad. Me duché y me metí en la cama. Pese a que había eyaculado en la boca de la filipina, me sentía muy excitado, ya tenía de nuevo repletos los huevos. Quizás me aliviase y conciliaría mejor el sueño haciéndome un pajote. En esas estaba cuando apareció Tony en el cuarto tambaleándose, más borracho que una cuba. Cayó redondo sobre la cama. Contemplé el cuadro. Quizás aquel animal necesitaba una lección. Lo desnudé sin que los bruscos movimientos para sacarle zapatos, chaqueta, camisa ...
... y pantalón lo despertasen. Boca abajo estaba el zote roncando como una morsa moribunda. Reparé en su cuerpo. En la espalda tenía unos arañazos, sin duda de las uñas de mamá al alcanzar el clímax la muy zorra. "No me extraña que guste a las mujeres", pensé al ver su porte atlético y proporcionado. Pero centrémonos. "La venganza es un plato que se sirve frío", me vino sin querer el viejo refrán.
Le saqué los calzoncillos y quedó al aire un buen trasero de glúteos poderosos. "Dos buenos caparazones", que escuché en algún lado. Separé sus nalgas y dejé a la vista el orificio anal. Un dedo entró sin dificultad. Menos mal que tenía el ano limpio, si no no sabía si sería capaz de seguir con tan especial incursión. Lubriqué con saliva mi pene, me puse encima... y lo penetré sin dificultad ("Ventajas de tener mini-polla", pensé). Comencé el vaivén en el virginal orto de nuestro empleado todo lo que quise. Por momentos él mascullaba algo en sueños pero no ofrecía resistencia; todo lo contrario, mi banana (que sea dicho de paso, es normal tirando a grande) entraba y salía sin ninguna dificultad. Al momento de correrme dentro, en medio de un inmenso y novedoso placer, aún tuve tiempo de gritar: ¡Por mi madre, por mi padre, por la putilla, por la madre que te parió!
Lo cubrí con una manta y me eché a dormir satisfecho de mi venganza. Y mañana Dios dirá.