1. Redescubriendo América


    Fecha: 16/12/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... por ahí.
    
    -América: ¿Y quién te dijo que te voy a dejar cogerme por ahí?
    
    -Azrael: Tú con los gritos de alegría que diste hace rato que te estaba dedeando.
    
    -América: Eso es diferente, un dedo nomás no duele mucho.
    
    -Azrael: Ni tampoco mi verga si me dejas hacértelo con cuidado.
    
    -América: … Bueno, pero no ahorita que tengo hambre.
    
    -Azrael: ¿Quieres leche para desayunar? Jeje
    
    -América: Muy tentadora la oferta pero ya no te queda mucha después de lo de anoche y lo de ahorita.
    
    Finalmente nos decidimos por ordenar algo de comida a domicilio. Pedimos una pizza hawaiana y una media hora después ya estaba el repartidor tocando el timbre.
    
    -América: Vístete que ya llegó.
    
    -Azrael: ¿Recuerdas lo que te dije? Está prohibida la ropa hasta el domingo en la tarde y apenas es sábado.
    
    -América: ¿Y vas a ir así por la pizza?
    
    -Azrael: Vamos a ir lo dos preciosa.
    
    -América: Estás loco.
    
    -Azrael: Sí, pero sígueme la corriente.
    
    Así desnudos nos pusimos frente a la puerta. Yo me paré detrás de ella tapando sus senos con un brazo y su sexo con la otra mano. Ella estaba apenadísima pero excitada, lo supe porque al poner la mano en su sexo ya estaba mojada.
    
    Cuando el repartidor nos vió se quedó con la boca abierta. Con tartamudeos apenas pudo decir la cifra y sin contar el dinero se lo guardó en la bolsa. Tenía sus ojos clavados en América.
    
    -Azrael: Es que estamos ocupados y no quisimos perder tiempo en vestirnos, jeje.
    
    Justo antes de cerrar la puerta ...
    ... quité la mano de su sexo y el repartidor clavó la mirada en su púbis depilado y brillante por la humedad y yo le clavé un dedo en el ano mientras América abría los ojos sorprendida y soltaba un pequeño grito de dolor. Con esa imagen divina le cerramos la puerta en la cara al repartidor.
    
    -América: cómo eres desgraciado, de perdida me hubieras avisado.
    
    -Azrael: Si te encantó verle la cara al pobre hombre no te hagas.
    
    -América: Sí, pero me dolió cabrón.
    
    Comimos con calma y aunque ella fingía estar enojada, días después me confesó que le gustó mucho la experiencia.
    
    Después de comer nos sentamos a ver televisión un rato ya reconciliados y aún desnudos por supuesto.
    
    -América: ¿Me juras que no me va a doler?
    
    -Azrael: ¿Qué?
    
    -América: Ya sabes.
    
    -Azrael: Sí, pero quiero que lo digas.
    
    -América: …Que me la metas… Por atrás.
    
    -Azrael: No puedo prometerte que no te dolerá pero puedo prometerte que querrás repetir.
    
    -América: … Está bien, vamos.
    
    Fuimos a mi cama y de nuevo la puse acostaba boca abajo pero apoyándose en sus rodillas con el culo parado. Nuevamente sus nalgas estaban abiertas como las puertas del cielo y su sexo y ano se mostraban completamente. Tomé un poco de crema humectante, ustedes saben, de esa para piel pero que es líquida, que por cierto, para el sexo anal sin condón, es lo que considero, el mejor lubricante pues no me gusta la vaselina pegada en los dedos ni su olor. Como decía, Tomé un poco de la crema humectante y se la puse en el ...