Gemidos nocturnos
Fecha: 19/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... “Te la chuparé... Quiero saborear tu semen, pero por favor, fóllame primero... Necesito sentirte dentro de mi coño.”
- “¿Estás tan desesperada?”, le respondió abriendo los ojos.
- “Sí... Sí.”
- “¿No te folla tu marido?”
- “Sí.”
- “¿Cuándo fue la última vez?”
- “El sábado.”
- “¿Y lo necesitas de nuevo tan pronto?”
- “Necesito tu polla... Necesito a un extraño para que me joda.”
- “¿Haces esto a menudo: salir buscando una polla extraña?”
- “No me creerás, pero esta es la primera vez.”
- “¿Cuánto tiempo llevas casada?”
- “Diez años.”
- “¿Y soy el primer hombre además de su marido en diez años?”
- “Más tiempo.”
- “¿Dónde está su marido ahora?”
- “En Kansas City.”
- “No sé tu cerebro, pero haré que tus ojos se pongan en blanco.”
Unas manos fuertes agarraron sus hombros, la levantaron de sus rodillas y llevaron a Meli a la cama cercana... Ella cayó hacia atrás, con las piernas abiertas... Y vio los ojos del hombretón en su coño y ella se quedó así.
- “Tardaré más de once segundos en quitarme la ropa”, le dijo.
Ella lo vio arrojar su ropa sobre la silla y mostrarle sus grandes hombros y brazos, su gran barriga y mucho pelo en su pecho... Con lo que ella había estado fantaseando y estaba obsesionada, estaba sucediendo.
Su cabeza cayó hacia atrás cuando él se subió a la cama entre sus pies todavía calzados con sus zapatos de tacón.
Sintió cómo un dedo se movió hacia arriba, más allá de su rodilla derecha... ...
... Contuvo la respiración mientras notaba como ese dedo recorría su muslo y jadeó cuando se deslizó fácilmente en su coño empapado.
- “Ooooh”, gimió agradecida.
Los labios del hombretón le chuparon su clítoris hipersensible y su lengua se lo lamió repetidas veces.
- “Ooooh, Dios”, gritó.
El grandullón se enderezó... Meli tenía las rodillas abiertas y los zapatos todavía en sus pies.
El hombretón cogió su polla dura y la deslizó arriba y abajo por su raja... Sin meterla... La golpeó contra su clítoris.
Unas descargas eléctricas de placer atravesaron el cuerpo de Meli que se puso a suplicarle:
- “Por favor, fóllame... Por favor... Por favor... Haré cualquier cosa que me pidas”, le dijo ella.
- “Eso ambos ya lo sabemos... Dime que eres una puta casada que quiere que un hombre cuyo nombre ni siquiera conoces te folle”, le respondió riendo.
Meli, que en esos momentos se estaba apretando sus pechos, pellizcando y retorciendo sus pezones oscuros le dijo:
- “Es cierto... Soy una puta casada que quiere que un completo desconocido me folle... Lo necesito tanto... ¡Aaaggg!”, grito cuando sintió que la polla dura entraba y se deslizaba fácilmente hasta el fondo.
Los zapatos tipo sandalias de color marfil estaban sobre sus hombros y cerca de sus orejas... Su cuerpo doblado en dos... Inmovilizada arriba por sus manos, sus brazos y su peso... Este hombretón era mucho más pesado que Roger, además de mucho más peludo... Y debajo de la grasa, había músculo, mucho ...