Gemidos nocturnos
Fecha: 19/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pensaba en que la próxima vez que se abriera la puerta de la suite, sería el hombretón que volvía a follársela como él quisiera y por donde quisiera, aunque en el fondo ella esperaba que no fuera así.
Se imaginaba que el hombretón que había disfrutado de ella follándola hasta saciarse estaría en el bar tomando una copa y diciéndole a otro hombre que había una puta casada atada desnuda en la habitación 1824, esperando ser follada por el culo y le daba la tarjeta para que subiera si le apetecía follar.
Meli sabía que estaba obscenamente expuesta... Caderas elevadas... Piernas bien separadas... Su coño chorreando por tanto uso que le habían dado... Agujero de culo esperando ser penetrado... Sintió jugos corriendo por sus muslos.
Pasó el tiempo... No tenía forma de saber cuánto… Su cuerpo se sobresaltó con el sonido de la puerta abriéndose y luego cerrándose.
Tensa, escuchó pasos por la alfombra... Sabía que un hombre estaba parado a los pies de la cama viendo partes de su cuerpo que sólo su esposo Roger había visto durante años.
Ahora escuchó el sonido de una cremallera... Luego, nada.
‘¿Se estaría acariciando su polla mientras la miraba?’, pensó.
Notó algo de movimiento al final de la cama... Se estaba subiendo a ella... Luego, una rodilla cubierta por su pantalón contra la parte interior de su muslo desnudo... Unas manos separaron sus nalgas.
‘¿Sería de nuevo el hombretón?’, pensó.
Meli no estaba segura... Su ano se estremeció cuando un globo de ...
... saliva le llegó allí... Luego, la punta de un dedo la penetraba y sacaba haciendo de lubricante.
‘Relájate... Tienes que relajarte.... Te dolerá menos’, pensó Meli.
El hombre volvió a escupir... Gruñó de satisfacción por el resultado... La cabeza de una polla presionaba contra su ano haciendo palanca para abrirlo.
‘Relájate’, se dijo a sí misma, deseando que sus músculos no opusieran resistencia a la inevitable invasión anal.
- “Aaaaggh”, grito.
El dolor la atravesó... Dolía demasiado... Pero no pudo detener a este hombre como habría hecho con Roger.. Su marido la amaba y no querría lastimarla... Quienquiera que fuera este hombre, no le importaba un carajo... Su polla se la metía por el culo sin importar si le dolía mucho o poco... Y Meli se dio cuenta de que eso era lo que ella quería... Y cómo eso era lo que quería, merecía que la tratasen así.
La cabeza de la polla había pasado la primera barrera apretada, perforando más profundamente... Abriéndola bien... Meli mordió la sábana debajo de su cara, amortiguando los gritos... Apretó sus manos atadas cerrándolas en puños.
El hombre, quienquiera que fuera, se había quedado vestido y sólo se había sacado la polla para encularla... Sólo para eso.
En su mente, esa imagen era aún más obscena... Un hombre completamente vestido sobre una mujer completamente desnuda... Su polla enterrada en su culo forzado a abrirse... Le dolía casi tanto cuando la sacaba que cuando la metía... Y luego, repetía... Ella pensó que ...