En el aire (Fragmento 1)
Fecha: 20/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
... ofensivo le molestaba, pero de nuevo, sin tener una explicación racional, no quería irse de allí. Estaba excitada y el paso ya estaba dado. Parecía el doctor Jekyll y míster Hyde, totalmente sumida en un torbellino de emociones contradictorias. Al mismo tiempo, las palabras de aquel singular individuo aludiendo a su infidelidad le hicieron pensar en su esposo, y los remordimientos golpearon su cabeza con contundencia. Ahora estaba segura de que aquella decisión no había sido la más acertada, en cualquier caso, la había tomado ella y deseaba mantener al margen a su esposo y, por supuesto, no quería que el hombre de cromañón le reiterase constantemente que le estaba poniendo los cuernos.
— ¡Siéntate!, —le ordenó.
Marta permanecía en pie y, al no reaccionar, el hombre presionó sobre sus hombros y la sentó en la pringosa taza del W.C. Dejó su bolso a un lado, intentando que no se manchara, mientras él desabrochaba sus pantalones y plantaba delante de su cara una mole casi en completa erección que escapaba a cualquier mención descrita o imaginada anteriormente. Hacía un instante pretendía dejar al margen a su esposo de aquella insensatez en la que se había aventurado, sin embargo, intentó comparar a ambos y estaba casi segura de que la herramienta de aquel sujeto doblaba en tamaño a la de su amado, si bien, hasta el momento no había tenido queja alguna y la había satisfecho plenamente. El desconocido se la cogió zarandeándola delante de su cara.
— ¿Te gusta, guapa? ...
... ¿Crees que cubre tus expectativas? —le dijo, advirtiendo que le había causado asombro su virilidad y empezó a darle contundentes golpes en la boca y en la cara.
— ¡Vamos, cómetela! ¡No seas tímida! ¿No era lo que querías? ¡Venga!... que te mueres de ganas.
El olor le resultó desagradable y dudó si seguir con aquello o no, sin embargo, el desconocido no le dio opción, la cogió de la cabeza por detrás y se la encajó en la boca, provocándole cierta repulsión, por lo que hizo mención de retirarse. Por contra, su amante se lo impidió aferrando su nuca y presionándosela para que fuera engullendo el falo que pretendía abrirse paso hacia su gaznate. Entre muecas de reproche y sonidos guturales de rechazo, logró superar la línea que separaba la repulsión de la complacencia y poco después, su boca y su lengua se acostumbraron al sabor y, como no, al tamaño, consiguiendo cogerle el tranquillo con relativa rapidez. Por su parte, el cavernícola gozaba y gemía soltando toda clase de improperios a los que ella iba acostumbrándose.
— ¡Déjalo ya o me vas a arrancar la polla, cabrona! ¡Ahora quiero follarte!
La levantó, la apoyó bruscamente contra la pared, le levantó la falda y le bajó las bragas.
— ¡Menudo culazo tienes! —le dijo totalmente poseído por el deseo, dándole unos cachetes en las nalgas como si comprobase su firmeza.
Marta sabía lo que venía a continuación, le pidió que se pusiera un preservativo para penetrarla y el hombre lanzó una carcajada.
— No tengo condones ...