Y finalmente... ella y tu regalo
Fecha: 20/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... sentada en la barra. Me miró y la miré.
—¡Salud! y buenas noches. —La saludé. Mientras observaba su vestido negro, sobrio y refinado, que le llegaba a una cuarta por encima de sus rodillas. Un recatado escote en V, rematado con un fino cordón blanco bordeándolo y un collar perlado que resaltaba su estilizado atuendo.
Dueña ella de un cuello largo, con pendientes prolongados y dorados del que pendían un par de brillantes perlas desde sus sonrosadas orejas. Maquillaje delicado, nada llamativo. Distinguida y de manos cuidadas, delicadas y blancas, aderezadas con varios anillos y pulseras de oro. ¡Ahh! Y una alianza gruesa en el dedo anular de su mano izquierda.
—¡Salud! y lluviosas, querrás decir. —Me miró de arriba hasta abajo.
—Estas bastante mojado, ven quítate esa chaqueta que vas a terminar resfriándote. —Y ella misma se puso tras de mí, colaborándome en el proceso. Tomé mi chaqueta y Lara, que no perdió detalle, me estiró sus brazos y me dijo que la colocaría a secar un poco, adentro en el depósito. Coloqué la bolsa de regalo sobre el mesón. Y me giré un poco hacia la mujer de cabellos cobrizos y ojos acaramelados, hasta rozar su muslo con mi rodilla. Su vestido ya arremangado por la postura sobre la alta silla, me dejaba observar un poco más, de ella. ¡Wow, pero que buen par de piernas!
—Mucho gusto, Rodrigo. —Y le extendí mi mano.
—¡Encantada! Mi nombre es Martha. —Y me sonrió, aunque de manera algo tímida, dejándome tomar su cálida mano, estrechándola ...
... con suavidad; y ella, mirando fugazmente hacia una mesa ubicada al fondo, situada al lado de una de las columnas, en medio de la penumbra, la fue retirando casi de inmediato.
—¿Casada? ¡Tranquila que no muerdo! Hoy almorcé muy bien. —Y logré sacarle una ruidosa y sincera carcajada. Era hermosa y al reír… ¡Se veía aún mejor!
—Y tú también, por lo visto. —colocando su dedo índice sobre mi argolla matrimonial.
—Así es, al parecer somos colegas de matricidio. ¡Jajaja! —Y de nuevo se iluminó su rostro con su risa contagiosa. Martha era una mujer… ¡Impactante!
Tomamos nuestras bebidas mientras se soltaban en nosotros dos, las frases y las palabras. A cada pregunta suya, una respuesta mía. A cada broma mía, una carcajada suya. Se terminaron nuestras bebidas y entonces llamé la atención de Lara, que en una esquina de la barra, miraba hacia la entrada, de seguro pensando en el “Puertas” y es que en lo poco que tenia de conocerlos, se notaba que entre esos dos, saltaban chispas.
—Larita, obséquiame otras dos por favor. —Me escuchó y confirmó el pedido con su pulgar en alto. Lara soltera y mi letrado amigo, casado. Pero el amor no conoce de estados civiles ni de fronteras morales.
—¿Martha? Y acaso… ¿has venido sola? —Se desconcertó con mi pregunta, nerviosa se acomodó un mechón por detrás de su oreja, me miró fijamente, sin parpadear y se removió un poco en la silla. Giró de nuevo su cabeza hacia aquel lugar entre tinieblas, hasta que suspiró y me respondió, mirándome ...