1. Y finalmente... ella y tu regalo


    Fecha: 20/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... de nuevo.
    
    —No, por supuesto he venido aquí con mi esposo. Esta por allí, con su secret… ¡Una amiga! —Pero el brillo que tenía anteriormente en sus ojitos de miel, se había desiluminado.
    
    —¿Y tu mujer? —Me atacó con su pregunta para desviar mi atención sobre su respuesta. ¡Hermosa e inteligente!
    
    —Humm, pues verás… —Y me acerqué un poco a su oído derecho, pues habían subido el volumen de la rockola; alguien había colocado un tema bailable con música salsa, algo extraño en aquel bar, donde casi siempre el rock era el rey del lugar.
    
    —De colega a colega, –le dije sonriendo– últimamente hemos estado algo distanciados, entre su trabajo y el mío, pocas horas tenemos para disfrutarnos. Hoy decidimos que fuera su noche y aceptara salir por ahí. A regocijarse de la vida y de lo que se le atravesara. —Le comenté con mi tono de voz algo fuerte para que ella me escuchara bien. Martha fijó su vista en Lara, quien traía en sus manos las siguientes cervezas.
    
    —¡Wow! hoy en día es difícil encontrar hombres tan “comprensivos” —Lo dijo en un tono que me sonó a sarcasmo, sobre todo cuando con los dedos de sus blancas manos, encomilló la última palabra. Pero inmediatamente me tomó de la mano y continúo diciéndome…
    
    —La verdad es que a veces se hace necesario tener espacios para una misma. Respirar, mirar otros lugares, tomar distancia pero sin alejarse por completo. —Lo dijo con una mirada triste y un tono de voz que me sonó a un íntimo arrepentimiento.
    
    —¡Eso que dices es ...
    ... cierto! —Respondí.
    
    —Nacimos libres sin atadura diferente a la que nos une a nuestras madres. Y luego nos vamos comprometiendo, enredándonos con los sentimientos y la felicidad cómplice, se convierte en rutinas que nos aburren y nos distraen de la verdadera motivación que no es otra que vivir a plenitud. —Martha me observaba completamente concentrada en mis palabras y en mi expresión facial.
    
    —No somos testamentos, –continué con mi exposición– menos aún propiedades que atesorar, solo compañeros de un camino, que por desgracia no está en nuestras manos dirigir. A veces la ruta se hace larga y la compartimos hasta el final, tomados juntos de las manos. En otras ocasiones el sendero se bifurca después de un largo trecho y uno de los dos decide que atajo nuevo recorrer. Decisiones que nos afectan Martha, de una u otra forma, pero que se hacen urgentes de tomar.
    
    —Brindemos mejor por la vida y por el amor. ¡Salud! —Y Martha, ya más sonriente chocó su bebida contra la mía.
    
    —Vaya, me has dejado sin palabras. ¡Déjame adivinar!… ¿Psiquiatra? —Y yo negué sonriendo, moviendo mi cabeza de diestra a siniestra. ¡Jajaja! Lejos, pero cerca. –Le manifesté– Usualmente me interesa hacer feliz a las personas. Vendo sueños convertidos en automóviles —Los dos nos echamos a reír.
    
    —Me estas mintiendo… ¿En serio? —Y yo asentí, haciendo un leve puchero que a Martha le debió parecer muy tierno, pues me tomo las mejillas con sus suaves manos.
    
    —¡Rodrigo! eres alguien muy especial y mira que no ...
«12...6789»