1. Regalo a una amiga


    Fecha: 21/12/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me llamo M..., pero mi nombre de guerra es Kamora. Mi pareja se llama Hipólito, una fiera en la cama.
    
    Llevaba varios días mi amiga y compañera de trabajo Tania, convenciéndome para que le presentara a algún amigo.
    
    Con Tania, compartía muchas horas y charlas. Le comentaba que mi pareja me hacia de todo y que tenia un arsenal de aparatos estimulantes. Y como, va el cántaro tanto a la fuente, se termina de romper. De tal manera que Tania, solo ya era capaz de pensar en sexo.
    
    Como buena gallega que era, era una estrecha y debía llevar unos cuantos meses por no decir ya algún año sin que nadie le hiciera vibrar. Y como no, todas sus amigas, menos yo, le aconsejaban que tenia que reservarse para el príncipe azul.
    
    Comentar que Tania ya esta entrando en los treintantos... Me pregunto para que la gente dé esos consejos gratuitos y no le dice a la gente que tiene que ser feliz. Y el sexo produce mucha felicidad. Doy fe.
    
    Prepare una cena en mi estudio, y le dije a Hipólito que invitara a un compañero de trabajo, llamado Roberto, que según Hipólito debía llevar el mismo tiempo que Tania si catar chumino alguno.
    
    El menú que les prepare era basándose en viandas todas ellas supuestamente afrodisíacas. De primero Ostras, para mas señas de Arcade, de segundo almejas con fideos, y para terminar un postre basándose en chocolate, selva negra. Y todo ello regado con un buen vino y al final de la velada con chupitos y licores.
    
    La conversación giraba entorno al sexo, todo ...
    ... tipo de bromas y chascarrillos para caldear el ambiente.
    
    Pero era Marzo, y hacia mucho frío. Y aquella velada no cuajo.
    
    El sentimiento que me invadió fue de fracaso. Durante la semana hable con Tania, y le prometí que lo iba a arreglar. Y como es habitual, tuve que recurrir a Hipólito, y este golfo que tengo por compañero, amigo, amante, se presto al plan propuesto.
    
    Le dije a Tania, que la noche del jueves no se comprometiera con nadie. Que pasaríamos yo y mi pareja por su piso. Que me dejara la llave y que ella se vistiera con su vestido más sexy que a eso de las diez de la noche apareceríamos por su piso.
    
    Tania, estaba sentada en el sillón, llevaba un vestido corto con un estampado. Las mangas y el cuello eran de color verde. Los zapatos eran de un color rojo intenso. Las piernas enfundadas en unas sugerentes medias negras estaban una encima de la otra. Su cara era de sorpresa y de miedo, pero sus ojos transmitían provocación. Al estar sentado el vestido se le había subido y mostraba una ración generosa de muslo.
    
    .- ¿Estáis preparados? – Con gesto adusto, pero una sonrisa asomando en sus labios.
    
    Hipólito, el muy canalla, puso gesto cínico y no dijo nada. Yo le espete:
    
    .- Claro que si, somos gente preparada.
    
    Mi pareja, cogió las manos de Tania, y se las quito del regazo y las puso en los apoyabrazos del sillón. Descaradamente la obligo a abrir las piernas y el se puso en el medio. Se quedo unos minutos contemplando la escena y luego se arrodillo. Desde ...
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