1. Regalo a una amiga


    Fecha: 21/12/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... aquella posición el muy guarro debía estar mirando toda la entrepierna de mi amiga y compañera de trabajo. Al transcurrir el tiempo, Hipólito, fue aproximando su nariz y empezó a olfatear el chumino como si fuera un perro de caza.
    
    El ambiente se estaba empezando a caldear. Me fije en la entrepierna de mi novio, y ya era sospechoso el bulto que tenia. Para liberarlo de la presión metí la mano en la pretina y le quite su miembro. Estaba duro como el acero, mejor comparado parecía cristal.
    
    Poco a poco, empezó a masajearle la polla, al principio suavemente y después con mas rapidez.
    
    Hipólito, con sus experimentadas manos le aparto las braguitas. Y puso al descubierto el hermoso monte de venus. Su pubis estaba recubierto de un espeso vello de color azabache. Se quedo contemplándolo unos minutos, que parecieron segundos y con sus poderosos brazos trajo su cintura hasta que sus nalgas quedaron apoyadas en el borde del sillón. Separo sus labios, para apreciar su sonrojada vagína.
    
    Y ya sin mas parangón se puso a lamer el chumino de Tania. Con los fuertes lametazos que mi compañero le estaba dando, me imagino que hasta le saco brillo, la expresión facial de Tania, iba gradualmente cambiando. Cerro los ojos y empezó a gemir.
    
    Al contemplar la escena mis braguitas empezaron a recoger todos los jugos que escapaban de mi almeja, que a cada minuto que pasaba, se abría mas y más; y ya dejaba escapar todo el flujo que yo sentía.
    
    Sin darme cuenta, mi mano acariciaba mis ...
    ... pechos y la otra la tenia en mi entrepierna.
    
    Me acerque a Tania, y le arranque el vestido, ya lo tenia en la cintura así que me resulto fácil. A continuación le afloje los corchetes del sostén y se lo quite, era negro con encajes. Una locura. Su talla debía ser una 110 o 120. Sus pechos al liberarse de la opresión dieron todavía un respingo hacia arriba. No se bajaron ni un centímetro, mi boca se acerco a ellas, y sin darme cuenta estaba comiéndolos.
    
    Con el rabillo del ojo, miraba como Hipólito le metía los dedos, haciendo la típica v, un dedo en su vagina y el otro en el ano. Y al mismo tiempo su lengua recorría el clítoris.
    
    Transcurridos unos diez minutos comiendo los dos a Tania, Hipólito tomo rienda de la situación y con sus fuertes brazos la puso de pie, le bajo las braguitas, eran verdes tipo culot, no me había dando cuenta de ello porque las tenia todas retorcidas; soy una enamorada de la lencería y estas eran de mi marca preferida. Enfasis. La giro y la puso a cuatro patas encima del sillón.
    
    Estaba preciosa con su culito respingón en pompa y la única prenda que llevaba puesta eran las medias negras con una blonda y los zapatos de tacón rojo.
    
    Hipólito se desvistió rápidamente. Se situó detrás de Tania y la obligo a arquearse más. De tal manera que le quedaba a la vista su chollo y ojete.
    
    Yo intuí lo que que quería hacer mi pareja y separe las nalgas de Tania, para que Hipólito tuviera una buena visión. Empecé a acariciale el ojete mientras la polla de ...