Lucía y dos chicos negros
Fecha: 24/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... subió a horcajadas y empezó a cabalgarlo mientras se morreaban con pasión. En cuestión de minutos los tres habían desarrollado una complicidad y comodidad increíbles. Lucía y su semental se hablaban muy cerca, se sonreían y besaban. Él movía sus caderas justo a la velocidad que ella iba necesitando. Ella le lamía el sudor del cuello, le dejaba magrearle las tetas, incluso le permitió meterle todo un dedo en el culo, cosa que a mi me está totalmente prohibida.
No sé cuánto tiempo estuvieron en esa postura, pero fue mucho. El amigo mientras tanto seguía de pie mirando masturbándose lo justo para no perder la erección, pero sin llevarse más allá.
Esto duró hasta que el chico que estaba follándose a mi novia paró y le dijo algo al oído y los dos miraron al tecero. Intercambiaron los tres unas palabras. Lucía negó con un gesto, pero los chicos contra argumentaron algo. Yo estaba muy lejos y había mucho viento y no podía escuchar, pero pronto sabría de qué hablaban.
Lucía se sacó el pene de su acompañante de su interior y reptó hasta quedarse a cuatro patas sobre el chico, la cara a la altura del pene, el culo ofrecido al amigo. Éste se puso detrás de mi novia. Pegó un gran escupitajo en la raja del culo y mientras ésta le comía la polla al otro, apoyó su enorme glande en el ano de mi novia. Yo simplemente no me lo podía creer. ¿Cómo era posible que aquel pollón gigante fuera a penentrar en el culo de mi novia cuando ella me lo negaba a mi argumentando que con el mío, ...
... mucho más normal, le dolía?
A decir verdad, desde mi posición yo pude ver su cara y se la notaba algo asustada, pero dejándose hacer. Cuando el chico empezó a empujar muy lentamente, ella se quedó muy quieta, respirando profundamente, mientras el tercero en discordia se masturbaba en silencio, la polla a centímetros de la boca de Lucía, esperando a que todo pasara para encontrar acomodo en su calor.
La polla se fue hundiendo centímetro a centímetro. Cuando el grande hubo entrado, ella hizo el ademán de levantarse por el dolor, pero la sujetaron entre los dos. El que no estaba penetrándola se incorporó y la abrazó para calmarla. El otro se estuvo quieto sólo unos segundos y siguió a su tarea. Cuando entró hasta la mitad empezó el mete saca. Adelante y atrás, muy despacio. Ella ponía cara de angustia y hacía gestos de dolor, pero se dejaba hacer.
Al rato se acostumbró, porque volvió a su tarea de chupársela al otro. La escena era verdaderamente inimaginable al principio del día: mientras un desconocido la sodomizaba, Lucía hacía lo posible por meterse un pollón negro en la boca, pero era imposible. Al rato, el chico se la sacó de la boca y le indicó a mi novia que le comiera los huevos. Ella, encantada se metió aquellos huevos gordos en la boca, succionando y lamiendo con maestría, pero él se elevó un poco, dejándole claro que quería la lengua de ella en otro sitio. Mi novia bajó un poco con una sonrisa pícara y empezó a lamerle el perineo, haciendo que el chico se ...