Su amigo (Primera parte): En la disco
Fecha: 31/12/2021,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos
Llegamos mi novia y yo a la disco. Estaba abarrotado de gente, como me esperaba. Ella estaba espléndida, súper sexy. Llevaba puestos unos leggings negros y un top del mismo color. Sus pantalones daban la impresión de como si fueran de cuero, es decir, con un efecto “engomado” ¿los conocéis?, seguro que sí. Eran bien ceñidos, lo que hacían que se le marquen esos cachetes como ¡wow! Además, como si fuera poco, llevaba ese topsito que parecía uno de esos “sostenes” deportivos pero éste era para fiestas, lo que hacía que su abdomen quedara todo a la vista ¡daban ganas de lamerla, joder! Su ombligo estaba decorado con un piercing.
De la mano, penetramos por la multitud buscando un espacio para poder bailar. Encontramos un hueco y nos quedamos ahí. La gente no paraba de rozar con nosotros, varias chicas me atropellaban con sus pechos y los varones, amablemente, me pedían para pasar. Me estaba poniendo un poco nervioso. Ella lejos de estarlo, parecía excitada. Yo controlaba con la vista que las manos de los tíos estén en alto al pasar tras ella. Pensé que alguno se pudiese propasar restregando su bulto por su trasero. Era probable ya que tiene una voluminosa cola y con lo apretados que estábamos… ¡Joder!, la agarre de la cintura y la pegué más a mi. Me dijo sensualmente al oído:
-Mmm… Que ganas de que me comas la concha.
-Pero bueno... -bajé mis manos hacia sus nalgas.
-¡Hey!, no podes tocarme.
-¿Por qué, bonita?
-No podes tocarme hasta que te de ...
... autorización.
-Joder, ¿en serio?
-Se hace lo que yo diga -me dice con su picaresca sonrisa.
Joder, coño, no joda pensé y aparté mis manos. Nos movimos entre la gente, otra vez. Ella iba delante buscando un mejor lugar donde estar a gusto. Luego de unas vueltas, llegamos a un espacio considerable. Había un hombre alto revisando su celular al que mi chica fue a saludar con toda alegría. Se dieron un cálido abrazo. Luego de cruzarse unas pares de palabras al oído me dice:
-Él es un amigo mío.
Y luego siguieron charlando muy de cerquita, toda simpatía, echándose unas risas cada tanto.
“Un amigo suyo”, no lo conocía. Bueno... Hace relativamente poco que empezamos a ser novios. Mientras estaba allí como un pasmarote, le eché una mirada de reconocimiento a ese tío: afrodescendiente, con una calva brillante, camisa de marca y, por lo visto, simpaticon ¡Telita con el tío este!
Pasado un rato nos pusimos a bailar, alternándose ella con uno y con otro. No es que sea un buen bailarín la verdad, ella lo sabe por lo que cuando me tocaba a mi, solo ponía sus brazos alrededor de mi cuello y se movía suavemente para que yo le siga. Con él era otra cosa, era más perreo. En ocasiones la giraba y bailaban muy pegaos. Me ladeé para observar su danza. Ella estaba, con la columna arqueada, dejando su trasero en pompa y moviéndolo de lado a lado, a tal punto que se me hacía que, lo que estaba buscando, era el roce con la entrepierna del colega. Me quedaba viendo su cara de zafada y la mano ...