1. Nuevas Responsabilidades


    Fecha: 31/12/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Amo.
    
    - Y cuál es la mejor forma para recordarlo.
    
    - Con un castigo, por supuesto, Amo.
    
    - Al menos estamos de acuerdo en algo. Y dado que has fallado con el cinturón creo que es de justicia que sea el cinturón el que te recuerde tu condición de esclava inútil. ¿Qué castigo crees que mereces?
    
    Este procedimiento de preguntarle a la esclava por su castigo es ya en si una tortura, ya que en ese momento escribo en un papel el castigo que yo considero justo. Si la esclava es demasiado benevolente consigo misma y propone un castigo inferior al mío, le castigaré con el doble del mío, en cambio si es demasiado dura se llevará una paliza que podría haber evitado, ya que ha sido ella la que ha solicitado ese castigo. Es una situación difícil de valorar por los esclavos ya que aparte de la falta en si tienen que valorar otro factor muy importante, mi estado de ánimo, ya que para la misma falta suelo ser bastante voluble. En esta ocasión y por ser el primer día consideré que con 10 cinturonazos sería suficiente y escribí mi castigo en el papel.
    
    - Bueno Ingrid, ¿Cual crees que sería un castigo adecuado?
    
    - ¿25 azotes, Amo? –Respondió Ingrid cabizbaja y con voz insegura, me la quedé mirando con mirada dubitativa y meneando la cabeza con aire pensativo, cuando de repente grita- 50, Amo, 50 azotes.
    
    - A ver Ingrid, como te tengo que explicar que no alces la voz delante de tu Amo –le comenté mientras le giraba la cabeza de un tremendo bofetón que la echó al suelo- Bueno ...
    ... decídete ¿25 azotes, 50 azotes? No vamos a estar aquí todo el día zorra inútil.
    
    - Castígueme con 50 azotes, por favor Amo. – Dijo mientras recuperaba su posición de rodillas.
    
    - Ingrid siempre me sorprende lo dura que eres contigo misma, se nota que quieres aprender a ser una buena esclava, en esta ocasión con unos simple 10 azotes hubiera sido suficiente –le dije, mientras le entregaba el papel- pero por supuesto, si tu consideras que para aprender necesitas 50 azotes, me aplicaré a ello para conseguir que seas una buena esclava.
    
    - Gracias Amo –me contestó Ingrid con esos bonitos ojos azules turbios, conteniendo las lágrimas. Lágrimas que pronto aparecerían.
    
    - Bueno, sin más dilación procedamos al castigo. 50 Azotes. ¿No Ingrid? –Le repetí regodeándome en su mal cálculo.
    
    - Si Amo.
    
    - Creo que la mejor forma de repartirlos serán 10 en el culo, 10 en los muslos por detrás, 10 en las tetas, 10 en los muslos por delante y finalmente 10 en el coño. ¿Estás de acuerdo Ingrid?
    
    - Si Amo.
    
    - Además, y dado que es un castigo para que aprendas deberás repetir en cada azote, el número de azote y la frase “Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo”. ¿Entendido?
    
    - Si Amo, repetiré la frase “Seré más cuidadosa eligiendo la ropa de mi Amo”, Amo.
    
    - Muy bien comencemos, dado que estamos en el salón, procederé a azotarte primero en el culo y para ello lo mejor es que apoyes tu pecho sobre la mesa, te agarres firmemente a los bordes de la mesa y gires tu cabeza a ...
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