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Fiesta de nabos
Fecha: 05/01/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Me había quedado de rodríguez mientras mi mujer y los niños se habían ido al pueblo de mis suegros a pasar el agobiante bochorno de agosto. No es que yo fuera a aprovechar estos días sólo para salir, emborracharme o ligar, no soy de esos. Soy un tipo tranquilo. Sólo pensaba relajarme y pasar los ratos de mas calor tirado en pelotas en el sofá o ir a hacer unos largos a la piscina y así quitarme el stress del curro. Un sábado que me tocaba trabajar, Juan, un compañero me ofreció pasar el domingo con unos colegas en el chalet con piscina de otro amigo suyo. No es que me apeteciera mucho pero tampoco quería pasar el domingo solo de bar en bar. Y lo de la piscina terminó de animarme. Me dio la dirección, casi en medio del campo, para que llegara allí con mi propio coche y solo gracias al GPS. Y a la mañana siguiente me planté ante la verja de un amplio jardín con un viejo y tupido seto. Un chico joven y delgado con un reducido y ajustado bañador rojo abrió el portón al reconocer el automóvil del que mi amigo había dado la descripción. Me lo quedé mirando al pasar, un bonito espectáculo. El chico era hijo del dueño, mi compañero ya había llegado y junto a una pequeña barra al lado de la piscina estaba con otros dos hombres uno de ellos el dueño de la casa y otro chico joven hijo de mi amigo y colega del chico del anfitrión. Todos ya con el bañador puesto, por decirlo de alguna manera. Lo que llevaban todos eran slips y boxers ajustados que marcaban todo lo que ...
... había debajo. El que yo llevaba era mucho mas grande y suelto y había conducido con él y una camiseta. Los cuerpos aun de los maduros estaban bastante bien trabajados y cuidados, alguno incluso atlético y yo no estoy mal del todo. Procuro hacer algo de ejercicio, natación y bici, y soy capaz de reconocer un cuerpo bonito allí donde lo vea. El recibimiento fue todo simpatía y sonrisas y de entrada todos me cayeron muy bien. Estuvimos charlando un buen rato mientras nos refrescábamos con las cervezas y algunos con un baño en la piscina. Mi bañador había llamado la atención por lo grande y el tercero de los invitados, un tal Alex, de constitución parecida a la mía se ofreció a prestarme uno que había traído de repuesto. Me llevó al interior del chalet a buscar su mochila y me ofreció un slip bastante reducido. Sabiendo que desentonaba con lo que llevaba puesto me resigné a cambiarlo por tan escasa prenda. Sin mas complejos me desnudé delante de aquel hombre, me quité la camiseta y las bermudas dejándole ver mi polla depilada. Con una sonrisa y su botellín en la mano no perdió detalle de la operación. Y no es que yo intentara taparme en absoluto. Al contrario me agradaba exhibirme de aquella forma. Una vez que tuve puesto el nuevo bañador que se ajustaba a mi cuerpo como si no llevara nada me dio una palmada en la espalda. Salimos juntos de nuevo al sol. Viendo el bonito espectáculo de los demás cuerpos casi desnudos y dejando que ellos me vieran a mí. Lo que ...