1. Descubriendo la puta que hay en ti


    Fecha: 05/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... Consíguete unos condones le había encargado Rafael, de modo que ella les dijo, bueno, subamos, nos acomodamos y vuelvo a buscar lo que se necesite. ¿Les parece? Y, estando de acuerdo, los tres habían subido a la habitación. Ella les abrió y ellos, acaramelados, como estaban, ingresaron. Bueno, bajo y ya vuelvo, les había dicho mi mujer. Espero no demorarme.
    
    Eso fue rápido, me confesó mi mujer. Ambos estaban que se comían. Tal vez me habré tardado de diez a quince minutos en regresar, porque, además de los condones, pregunté y compré un aceite lubricante por si fuera necesario. Cuando llegué a la habitación y abrí la puerta, muy discreta y silenciosamente, encontré a Rafael desnudo de la cintura para abajo, sentado en un sillón, y Marta, de rodillas frente a él, chupándole la verga y acariciándole los testículos con sus manos. Estaba muy tragona y excitada mi amiga, fascinada, porque parecía que nunca iba a parar. Pero, después de un rato, se detuvo.
    
    ¿Trajiste los condones? Dijo mirándome. Sí, le respondí, alcanzándoselos de inmediato. Ella tomó uno, lo colocó sobre el pene de Rafael y, dejándolo listo, se incorporó, se levantó la falda, se bajó las bragas y se sentó sobre su pene. Y ahí sí, de verdad, Marta se volvió como loca, porque cerró sus ojos y empezó a moverse como endiablada encima de él. Había que ver cómo movía sus caderas, manteniendo los brazos apoyados en los hombros de él.
    
    Rafael solo contemplaba lo que Marta hacía y, lo único novedoso, es que la fue ...
    ... desnudando poco a poco. E incluso él mismo terminó de desnudarse. Pero Marta estaba tan ensimismada en lo suyo que creo que ni se dio cuenta a qué hora le habían quitado la ropa. Me llamó la atención que no pronunció palabra, ni gimió. En los movimientos de su cuerpo y los gestos de su casa se veía que lo estaba pasando de maravilla. De repente volvió a levantarse, se volteó de espaldas a él, y muy rápido se volvió a acomodar sobre su pene. Rafael la tomó por las caderas y empezó a empujar dentro de su vagina.
    
    Ella, en algún momento, abrió sus ojos un tanto, y quedamos viéndonos unos instantes. Sonrió y me pico el ojo. La verdad es que no parecía tan mojigata como creíamos que era. Estaba realmente posicionada en su papel y totalmente transformada. No debería yo decirlo, pero se veía realmente bonita. Y, además, el contraste del color de su piel con la de Rafael hacía muy llamativo ese cuadro. Imagino, dijo riendo, que es lo mismo que tú ves cuando presencias mis encuentros. Sí, no lo dudes, así es, respondí.
    
    Y, luego, de un momento a otro, Rafael, empujando más rápido, dijo, Marta, ¡apúrate, que yo ya me vengo! Dale tranquilo, respondió ella, que yo ya llegué. Más bien apúrate y termina tú. Así que Rafael subió la velocidad de sus embestidas hasta que, de un momento a otro, paró en seco, presionando su cuerpo contra el de ella. Marta se separó de él y viniendo hacia mí, dijo riéndose, bueno, gracias a ti, misión cumplida. Por fin me gradué. Oficialmente me he convertido ...