1. Descubriendo la puta que hay en ti


    Fecha: 05/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... le había pedido apoyo para aventurarse, aunque con mucho recelo sobre la manera de ponerlo en práctica. Y ¿cómo has pensado hacerlo? Pregunté. Pues, realmente, no sé. Bueno, dije yo, empieza por los bares swinger, tal como lo hicimos nosotros. Si, dijo ella, pero nosotros contactamos con quien hacerlo y gracias a eso las aventuras fluyeron. Entonces, dije, pues toca empezar de nuevo y volver a repetir, de algún modo, aquellas experiencias. Tal como en el pasado. ¡No sé! Dijo ella, porque, pensándolo bien, toca dedicarle tiempo al asunto. Tú, como siempre, dispones, mencioné. Entonces, ¡dime qué hacer!
    
    Pasaron unas semanas antes de que mi esposa me comentara que, si echábamos a andar la idea de acudir a los bares swinger, teníamos que conseguir alguien de confianza con quien acudir allí. Y ¿Quién sería ese alguien de confianza? Hoy no hay ese alguien, contestó. Tendríamos que ponernos en el plan de conseguirlos. La idea de recurrir a las páginas de contactos no se consideró, porque se daban muchas sorpresas en el proceso y, como decía Laura, era mejor en vivo y en directo. Será, entonces, gastar unos fines de semana en plan de conquista y ver si se logra lo que queremos. ¿Y sabes cuál es el tipo de hombre que excita a Marta a primera vista? Tenemos gustos parecidos; los hombres morenos son su debilidad.
    
    Entonces, con el pretexto de apoyar a Marta a decidirse, arrancamos el proyecto que denominamos, en broma, claro está, “Marta, descubriendo la puta que hay en ti”. Para ...
    ... ello, y con el propósito de ubicar a los muchachos más adecuados, volvimos a las andanzas. Nos fuimos de discoteca varios fines de semana, con el propósito de ubicar candidatos y probar, por qué no, si se prestaban para la aventura.
    
    Después de varios intentos fallidos, una noche, por fin, apareció alguien del gusto de mi mujer. Un tipo joven, apuesto, mulato, de buen cuerpo, bonita sonrisa, al parecer educado y de buenos modales. El hombre estuvo en la barra, bebiendo cerveza y mirando aquí y allá, como buscando a alguien. Aproveché para acercármele y preguntarle si tenía alguna cita. No, me dijo. Bueno, me presenté, mi nombre es Fernando y quise conversar un rato. ¿Le importa? No dijo. Entonces, continué, ¿vino a ligar, si se da la oportunidad? Sí, contesto. Pero no es fácil. No hay muchas mujeres solas. Entiendo, dije. ¿Me aceptas que te invite una cerveza? Sí, claro. Y nos tomamos no una sino dos cervezas mientras conversábamos, por lo cual el encuentro duró varios minutos.
    
    Pasado el tiempo y hablando de temas varios, le pregunté. ¿Y su radar ya captó a alguien a quien echarle el ojo? Sí, me contestó riendo, por allá hay una veterana que parece estar sola y pudiera ser. La veterana resultó ser mi esposa, quien, tal como estaba vestida, llamaba la atención. Ella, que sabía en las que yo andaba, buscando el macho adecuado, nos miraba a la distancia y, distraída con el agite del lugar, esperaba. Bueno, le dije al muchacho, la veterana que a usted le llama la atención es ...
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