Orgia con la compañera de trabajo de mi esposa
Fecha: 07/01/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... su mujer Simona, que era rumana, de pelo moreno y rizado, algún año más joven que él, pero con una buena figura, sus tetas eran como las de Raquel y su culo embotado en unos pantalones de cuero negro tenía una pinta maravillosa.
Se pusieron a hablar del concierto, de la gente que había habido, que todo salió bien, del buen ambiente que hubo, etc., mientras los botellines seguían vaciándose, ellos tres, Raquel y Simona, los devoraban, Elena iba mucho más despacio y yo todavía seguía con la primera con la esperanza de poder marcharnos pronto.
Paso el tiempo, izan y Simona se despidieron de nosotros y se marcharon.
Aprovechando que se marchaban, le dije a Elena de irnos nosotros también, pero me dijo que aguantásemos un poco más y después nos íbamos.
Nos sentamos en los sillones, Loren en uno de los dos sillones individuales que había, Mario y Raquel en el de tres plazas y mi mujer y yo en el de dos plazas, seguían conversando y riéndose, yo la verdad no estaba mal, pero algo incómodo, deseaba irme cuanto antes.
Yo no participaba mucho en las conversaciones, me dedicaba a observar, contemplaba como los botellines de cerveza iban acumulándose vacíos encima de la mesa, recién empezaba mi segundo botellín, Elena tenía uno abierto desde hacía tiempo y apenas ya bebía, pero Loren, Mario y Raquel parecían no tener fondo.
Loren se levantó con dificultades del sillón y tomo dirección del baño, tras varios segundos Raquel se levantó también con ciertas dificultades ...
... del sofá, cogió una bolsa de basura y se puso a recoger la mesa, inmediatamente me levanté y me puse a ayudarle.
- Voy al contenedor a tirar esto- dijo Raquel
- Si vais los dos, yo le voy a enseñar a Elena la bodega- contestó Mario
Mario se incorporó a duras penas del sofá, le hizo un gesto con la mano a mi mujer, la cual se levantó y se puso a su lado, nosotros nos fuimos hacia la calle mientras ellos caminaban hacia la puerta de la otra estancia.
No tardamos mucho en volver, cuando entramos, no había nadie en los sofás, Raquel fue al mueble, sacó varios pack de cervezas y se puso a meterlos en el frigorífico, yo me senté en mi sitio y ella cuando acabó hizo lo propio.
Aunque no muy fluida, empezamos a tener una conversación los dos, el tiempo pasaba y allí seguíamos los dos sólos, yo no decía nada pero me preguntaba dónde estaban los demás, seguíamos hablando, me pareció oír un pequeño ruido y me giré, Raquel seguía hablando y de repente se volvió al escuchar un gemido alto y claro, ambos nos quedamos en silencio, seguimos oyendo pequeños ruidos, parecían gemidos.
Ambos nos miramos con cara de circunstancias, ella se levantó del sofá, me cogió del brazo y fuimos hacia las puertas de la otra habitación, estábamos en la boca de las escaleras, el eco que producía nos aclaraba que los gemidos venían de abajo, con sigilo Raquel empezó a bajar una a una, con ciertas dificultades y yo la seguía.
Eran unas escaleras de piedra, estrechas y empinadas, bajamos unas ...