El regalo: Un antes y un después (Decimoctava parte)
Fecha: 12/01/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... podríamos explorar, aventurarnos los cuatro a vivir nuevas experiencias. ¿No lo crees a sí? —Me dijo Martha mientras acariciaba con sus manos mis mejillas, para luego abrazarme con fuerza y apoyar su cabeza de medio lado sobre mi pecho.
—¿Y si se enamoran, Martha? ¿Si nos dejan, qué? ¿Te has puesto a pensar en ello? ¡Tu familia, tus hijos, los míos! —Le respondí sintiendo en mi pecho una gran presión.
—Si ellos se enamoran, solo será la respuesta a la pregunta que tanto temes Rodrigo. Tú has expuesto que la adoras, que harías todo para que ella sea feliz. ¿Pero que tanto crees que tu mujer se siente feliz a tu lado con lo que le ofreces? ¿Sera para ella suficiente? Has pensado si en verdad… ¿Ella te ama tanto como lo haces tú? —Respondió Almudena deslizando sus dedos entre mis cabellos, acariciando mi cabeza, que la tenía con tantas ideas, muy revuelta.
—Míralo de esta otra perspectiva. Imagina poder estar con Paola, Martha, quizás yo también si así lo deseas. ¿Te parecemos atractivas?, ¿Te gustamos? ¡Sí! Tesoro, no tienes que mentir. Lo he visto en tus ojos y tú, por supuesto a nosotras también. Silvia y Hugo, se pueden gustar también, quien sabe si alguien más pueda aparecer por ahí, tantas personas que se nos atraviesan en el trabajo, en ese viaje. ¡Rocky! Cariño… Aquí no se trata de restar ni dividir, cuando podríamos sumar y multiplicar ese sentimiento de amor. Ofreciendo Rocky, otorgando libertad. Depositando total confianza en la persona que dices tanto amar ...
... y con la plena seguridad de que también vas a recibirla, en igual proporción.—Es una prueba muy grande Almudena, la verdad no me siento dispuesto a afrontarla, ni a dar un paso más. ¡Necesito pensarlo! y además… Un cigarrillo.
Y encendiendo rápidamente uno, fui yo el que se dirigió hacia el jacuzzi para sentarme en el borde y notar que tiritaba. ¿Será que Silvia si me ama? Pensé, mientras que la maldita incertidumbre me carcomía por dentro y sobre las baldosas del piso, algunas goteras se negaban a evaporarse, por el sol del mediodía.
—¡Señora Almudena! Ya está la mesa dispuesta. —Fueron las palabras de una mujer joven, delgada y morena. Vestida con uniforme negro de ribetes rojos y delantal blanco y que sin saberlo, me dio en esa tarde, el conteo de segundos necesarios para respirar y recomponerme, mentalmente.
—¡Bueno queridos, vayamos entonces a almorzar! —Nos invitó alegre, la anfitriona.
…
¡Juepu…! ¿Pero qué mierdas está pasando aquí? Esa fue la palabrota que se me escapó y la pregunta que se vino rauda a mi mente, al terminar la llamada con mi esposo.
¿Pero cómo era posible que Rodrigo estuviera en pelotas con otra mujer y todos tan tranquilos? Se me hizo primero un nudo en la garganta y un horrible vacío sentí en la boca de mi estómago. Pulsaciones alocadas, latidos descoordinados, la ansiedad por saber la verdad. Y claro, mi disgusto fue en aumento, pues yo estuve todo el tiempo preocupada por saber cómo había pasado la noche, imaginándome su soledad ...