1. Tragedia Regia (5)


    Fecha: 31/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Las largas pláticas con mi esposa continuaron durante todo el resto de esa semana. Sus relatos se sucedieron uno tras otro. La desleal infidelidad de ella hacia mí fue el ingrediente principal; detallados, y sin misericordia alguna, los descargó de su verguienta y vaginienta boca. Porque déjenme decirles que ya no solo traga vergas, también vaginas. Maldita puta.
    
    Me dio detalles de esa noche cuando se fue con el ranchero, todos. Y después, envueltos en una discusión cuando mal interpretó mis palabras y me invitó a "participar" en sus locuras, confirmó mi sospecha a cerca de su bisexualidad, a la pregunta no contestada la tarde que nos encontramos en la casa, cuando después de toda una surtida noche de sexo con el ranchero adinerado llamado Mario, me pidió que curara con mi boca y lengua sus maltratadas partes, y cuando me iba a contar de sus acostones con otra mujer, nos interrumpieron nuestros hijos al llegar de la escuela y ya no pudimos seguir hablando.
    
    Cuando comimos con los niños, ya por la tarde ellos se fueron a jugar a la calle con sus amiguitos, y Lupe y yo nos quedamos solos en la casa. Ahí fue que continuamos con nuestra plática pendiente, encerrados en nuestro cuarto. No queríamos que nos fueran a ver y escuchar mis hijos, pues ella diciéndome que todavía le ardía mucho el culo y le escorzaba la vagina, quiso que les aplicara crema Nivea para la irritación, mientras seguíamos hablando del tema.
    
    En cuanto entramos a la habitación se quitó la falda y la ...
    ... blusa, no traía nada más, quedó desnuda y se echó sobre la cama, diciéndome que me trajera la crema para que se la untara por el chocho y por el culo, muy estropeados por la trancota del tal Mario.
    
    Cuando me giré del tocador a la cama, ella ya estaba abierta de piernas y se pasaba los dedos por la raja como tratando de curarse ella misma. Permanecí al lado de la cama, de pie a su lado, mirándola. En verdad estaba, y está muy buena mi Lupita. Se mira espectacular acariciándose sola. Dan ganas de echarse un clavado entre sus piernotas a beber de sus delicias y a chuparle los dedos, mientras se acaricia ella misma.
    
    Cómo ves? Esa fue su preguntita cuando terminó por fin de narrarme su "noche loca". No respondí nada, sólo me le quedé mirando. Otra vez me preguntaba quién era esta mujer, de qué tipo de madre venía, se me hacía que esa santa señora en verdad no es su madre. A lo mejor hubo una confusión en la maternidad y se cambiaron de bebés, y mi suegra se trajo a la hija de la mayor putarraca del pueblo ese donde nació, qué no podría ser? Porque sus hermanas, que yo sepa, no salieron tan güilas como esta perra. Me preguntaba en silencio qué desorden psicológico le afectaba las entendederas cuando estaba en celo. Qué desorden también me afectaba a mí en mi pendeja cabeza, para no ahorcarla allí mismo, cuando me confesaba todas sus depravadas aventuritas con otros cabrones. Cuando me explicaba con lujo de detalles cómo le rompían el culo, y cómo se lo curaban para seguírselo ...
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