1. Violada por un Pastor Alemán


    Fecha: 31/05/2018, Categorías: Zoofilia Autor: nena2221, Fuente: RelatosEróticos

    Tenía 16 años, cuando me adentre de lleno en el mundo de la zoofilia, pese a que desde los 10 años había entrenado a mi perrita maltes Bunny y después a su hija Candy para que me lamieran la punta de la polla mientras me hacia una paja, no consideraba eso zoofilia en realidad. Yo ya era una putita hecha y derecha y en mi vida cotidiana nadie lo notaba, no soy afeminado, y en esos tiempos tenía un cuerpo celestial, talla 28 y con buena musculatura, hacía mucho ejercicio practicaba la escalada y clavados en plataforma de tres metros, en verdad la natación no me apasionaba pero me permitía rasurar mi cuerpo sin ser cuestionado.
    
    Tenía una vieja amiga. Selene que vivía en Valle Dorado y su familia viajaba constantemente a Villa Hermosa, pues tenían negocios allá. Y un día me pidió que cuidase a su perro ya que la familia pasaría todo el verano en Villa Hermosa; me dejo llaves de su casa y el encargo de pasar cada dos días para alimentar al “Napoleón”
    
    Mi vida sexual estaba muy estancada, mi único consuelo se encontraba en los objetos que me metía en el ano, ahora ya tenía algunos vibradores y a mis perritas Bunny y Candy.
    
    El primer día fui a dar de comer al Napoleón que era un pastor alemán de buena talla y nada amistoso, de hecho me atemorizaba un poco, el perro era muy dominante, mientras preparaba su comida el muy cabrón me orino, como dejando claro quien mandaba ahí, en otra ocasión me intentaba montar, lo que en un principio me pareció molesto, pronto se volvió ...
    ... gracioso y después comencé a acariciar la idea de dejar que el Napoleón me follara. En lugar acudir cada dos días alimentaba al Napoleón diariamente, ya había husmeado todas las recamaras de la casa de mi amiga, ya que Selene tiene tres hermanas. Me probé todas las minifaldas que me encontré y por supuesto ropa interior, vestida con la ropa de mi amiga y sus hermanas bajaba a la cocina, me encantaba sentir la verga del Napoleón en mi espalda, mis piernas y mis nalgas por debajo de la falda mientras estaba preparando sus alimentos.
    
    A la semana, un sábado por la mañana, llegue a casa de Selene, no eran más de las 9 am ya que salí a correr y aproveche para dar de comer al perro.
    
    En esta ocasión probaría mi teoría, Todos los machos son violadores en potencia, solo necesitan una oportunidad y estar muy excitados, eso saca nuestro lado animal.
    
    Candy estaba en celo y antes de salir de casa la cargue y restregué su sexo en mi ano, le introduje el dedo con cuidado en su vagina y ella se dejo, es algo que hacía con cierta frecuencia solo que ahora había un propósito más. Deje que se mojara mucho y le introduje un dosificador para medicina pediátrico tipo jeringa, succione sus jugos, unos 3 cm cúbicos termine de llenar la jeringa con un poco de agua y después me lo metí en el ano y descargué, dejando un poco para untarme por todos lados. Sabía que ese día sería muy distinto, entre a la casa y como era costumbre el perro entro tras de mí, me dirigí a la recamara de Selene hasta donde ...
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