1. En el loft


    Fecha: 15/01/2022, Categorías: Lesbianas Autor: picante100, Fuente: CuentoRelatos

    Jutta era una mujer elegante que había nacido en Alemania de padres españoles. En su juventud se había introducido en ambientes bedesemeros y ambiente liberal. Se había introducido en círculos reducidos donde le habían enseñado a Dominar y junto con su carácter se había convertido en una Dómina dura, fría y calculadora, pero cuando sesionaba en alguien muy cálido.
    
    Se había mudado a un gran piso, muy luminoso en el mismo bloque que Ane. Aparte, en las afueras de la ciudad, pero cerca del barrio donde iba a residir había adquirido una planta de un pabellón donde iba a instalar su taller donde hacer sus esculturas tanto de madera como de hierro. Luego se había introducido hacía poco en el cuero también.
    
    Un día que entró al portal vio a Ane esperar el ascensor. Fue un flechazo a primera vista. Observó sus formas desde atrás y cuando la vio girarse y observó su angelical cara se decidió que tenía que convertirla en su sumisa. La saludó educada, pero fríamente. Ya estaba tramando como hacerlo y decidió que le daría tiempo y poco a poco ir hablando con ella etc.
    
    Varias veces coincidieron en el portal y siempre la dejaba pasar. Le gustaba observar sus formas y esa cara angelical. Lo que no sabía era si la chica era sumisa en lo que a ella le interesaba y si más concretamente le gustaban las mujeres. Y un día decidió actuar. Escribió una nota y uno de los días que la chica pasó a su lado se la introdujo en el bolso sin que ella se apercibiera.
    
    Si ella estaba, aunque solo ...
    ... fuera un poco interesada llamaría. Si no, pasaría del tema. La duda que tenía era que igual no interpretaba que era ella la que se lo había metido así que cuando se despidió de ella al salir del ascensor le dijo:
    
    He metido una nota en tu bolso, léelo cuando llegues a casa.
    
    Lo hizo justo cuando se cerró la puerta del ascensor con lo que a la chica le pilló de improviso. Ane llegó a casa y cogió la nota. Era un número de móvil y una palabra:
    
    LLAMAME!
    
    Era como una orden que la conminaba a llamarla. Esa mujer siempre la había puesto nerviosa. No sabía por qué. Siempre sentía una sensación extraña, por una parte, un escalofrío le recorría la columna y por otra no sabía si era excitación, pero su sexo se humedecía a la vez que su piel se erizaba. Nunca le habían gustado las mujeres, aunque alguna vez sí que había fantaseado con hacerlo con alguna pero nunca se decidió.
    
    Pero llamó. Marcó el número. Al otro lado cogió Jutta que se lanzó un farol.
    
    -Hola Anne, veo que te decidiste a llamar. Te puede la curiosidad de porque quería que llamases. Pues lo que quiero de ti es enseñarte mi taller. ¿Cuándo puedes venir a verme?
    
    Ane no sabía si estaba decepcionada o como sentirse con aquellas palabras, pero balbuceando aceptó y concretó que esa misma tarde acudiría.
    
    Esa tarde se vistió con un vestido veraniego con vuelo que le caía por medio muslo y un bolso tipo capazo. Fue caminando hasta el loft. Allí pulsó el botón del portero automático y la mujer le abrió. Subió ...
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